Amanezco a bocinazos a 27 kms. de Zaragoza. Un despertar que rompe el encanto de una noche estrellada y calma.
Llego a Ejea antes de las 8.30 Me pongo a leer. Dos hombres abren el maletero de su coche y ponen música de banda a todo volumen: ellos tocan en directo la trompeta y el trombón de varas. Abandono mi lectura y me dedico a disfrutar de este regalo. Cualquiera que pasa por allí deja su saludo y su opinión crítica sobre las piezas musicales, los instrumentos, el domingo...

Llego a la sesión sonriendo. Samuel Alonso me recibe. Gracias. A Silvia y Marta también.


Me gusta Ejea, pueblo de gente amable. La sesión familiar, está dentro de la programación de la 1ª Feria del Libro. Viene gente: en el suelo, de pie, fuera de la sala... La sala tiene un espejo al final que en un momento dado se hace un hueco, me veo y me asusto (cosas de la autoimagen) La maleta repleta, y con muchas ganas. Las orejas también. Una sesión, ante todo, divertida.

Comida con la organización. Risas, visita a la feria y conferencia de Espido Freire.

Cenita en la capital con risas y, después, sueño, mucho sueño. Hoy sí. Sueños bonitos, ya os contaré.

3 comentarios:

    On 13/10/06 15:18 Anónimo dijo...

    entre espejos y sueños,... giños de irrelidad a nuestras realidades,... y a volar!!! besos.

     

    Vaya, vaya, vaya, lo que me he encontrado en el google...
    Y digo yo... para cuándo una visita a tierras asturianas?
    Un abrazo (uno solo, sí, no te vayas a creer),
    Sonia.

     

    Mira qué alegría.

    A Gijón voy en noviembre, para el festival. En dos semanas nos vemos.
    Un beso. Uno sólo, sí. ;o)

     

. . .