NOVÉS, Toledo. Piscina Municipal.

Nunca había venido a esta parte de Toledo. También llegan las grúas que delatan la cercanía y buena comunicación con Madrid. El viaje lo comparto con Ángeles y con Pau que descubre en los 500 kilómetros de asfalto, los molinos y los castillos. A los primeros los ve desde bien lejos. Y se emociona al verlos muy de cerca.

La sesión íntima en un espacio verde. Las historias de Nudo se desparraman por el césped y los oídos de la docena de personas que éramos. Estuvimos un buen rato disfrutando de un día que se apagaba y dejaba una noche silenciosa y fresca. Después una cena de picoteo y a dormir.

En el viaje de vuelta más aviones, más castillos y muchos más molinos. Venga molinos.

Un lujo de viaje. Llego a casa, duermo un rato y me voy a el Puig, en Valencia.

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