Ayer comencé dos cursos en la Biblioteca de San Vicente, una biblioteca que como ya comenté, me encanta.

El lunes es un día bonito. A las nueve y pico llego para colocar los libros: 108 álbumes ilustrados y media docena de libros de teoría, otras tantas recopilaciones de cuentos y algún libro suelto. Me parece imprescindible que los libros estén el primer día del curso. Y ahí estaban, esperando.

Veintiuna personas llegaron con muchas ganas al curso. Apenas nos presentamos y los libros ya ocuparon el primer lugar en todo lo que hicimos. A partir de ahí autoræs, ilustradoræs, editoriales, tamaños, series de personajes, técnicas de ilustración, temática, precios... Pinceladas referentes a cómo contarlos, pero éste fue su día.

Por la tarde dieciocho. Todas profesionales de la educación: infantil, primaria y una de secundaria. La misma dinámica, cambia un poco el enfoque. Un poco sobre todo en éste primer día, el día de los libros.

El acercamiento al libro es primordial. Las personas que contamos deberíamos conocer tantos libros como pudiéramos. Leer hace crecer este oficio de palabras. Amplia paisajes, personajes, vocabulario, miradas, voces, historias, horizontes, emociones, detalles. Amplia, define, estira, desarrolla, refuerza, cambia. La lectura siempre te lleva a más.

Por eso es de agradecer encontrar espacios como el de esta biblioteca. Tripulados por equipos como el de Pepa. Porque están haciendo más fácil acercarnos a los libros. En este trimestre, en la sala infantil hay toda una exposición de literatura infantil y juvenil sobre las EMOCIONES. Una selección de buenos títulos te llaman desde que entras para que te acerques a mirarlos y, por suerte, picas, y vas de un a otro. Uno por el título, otro por la portada, otro por la persona que lo escribió, otro por...

Mañana sigo. Todos los lunes y miércoles de febrero andaré por la biblioteca dándole vueltas a esto de contar. Ya iré contando, pero si os podéis pasar cualquier día a ver la exposición de EMOCIONES en la Biblioteca...

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