Gijón es una ciudad más que querida para mí. Sus calles, su Cima de villa, su cabrales, sus sidrinas, su escalerona, su playa de San Lorenzo, su Lloca, su botánico... Gijón es una ciudad más que querida para mí y para toda aquella persona que la haya podido disfrutar.

Aquí volví después de un año de ausencia, durante dos días, para poder realizar un curso de iniciación y una sesión de cuentos para adultos. Este año, ni Barjola, ni festival oficial, ni otros narradoræs como en el 2006, o el 2007. Este año curso y sesión. Pero esto no lo desmerece.

El curso un lujo. El grupo lleno de gente maja, por todos los lados. Con ganas, que eso es más que importante. Ganas no solo de aprender, sino de pasarlo bien.


Duró dos días 20 y 21, y casi con sus noches. Y anduvimos a marchas forzadas, paseando por el proceso de preparación de un texto, y jugando con las herramientas que se utilizan normalmente a la hora de narrar. Al final, nos regalamos una sesión de cuentos donde cada una contaba el cuento que, no sin esfuerzo, había preparado. ¿Madera? para parar un carro, no hay que olvidar que yé Asturies. Lo pasamos bien. Vaya.

La sesión Las cuatro esquinas aunque hubo quien se quejaba. Esta sesión la conté en el 2007 en el Barjola, esta vez fue en un espacio distinto donde, salvo gente querida, no repitió nadie. Y la gente querida, pues eso, abrazos, besos y poco tiempo para preguntarnos de viva voz, pero sobre todo para respondernos. Aún así dió tiempo a un poco calmar las ansias de saber de Sonia, de ver a Marcos delgado, de la rubia y su mozu, de la guatemalteca morena, de la Estelina de Cris... Poco tiempo pero bien aprovechado. Eché de menos, eso sí, un paseo por San Lorenzo y una foto en la Lloca, pero claro, demasiado hice en un tiempo más que limitado. aún así encontré hueco para unas patatinas al cabrales y unas sidrinas mientras degustaba un guiso de pulpo que "mi madre".

El viaje de vuelta, de día, en tren hasta Madrid fue todo un regalo. A los ojos y el alma, que se va acomodando a la temperatura y a las llanuras después de esos riscos nevados en lo alto, y con un verdor que se te mete dentro y no hay manera. En fin, quedó el compromiso del año que viene retomar, si es posible, el festival, con la fuerza que merece el público profesional de esta ciudad oreja.

Gijón, un placer. Gracias a Mar de Niebla, a Abierto hasta el amanecer y a Cris sin cuyo apoyo y esfuerzo, no hubiera sido posible este viaje relámpago y placentero.

2 comentarios:

    On 29/12/09 15:00 Froggy dijo...

    Sí, gracias a todas las personas que hicieron posible que disfrutáramos una vez más con tus historias. Gracias por escaparte hasta aquí y... bueno, eso, gracias :)

     

    Gracias, sí., pero el agradecido soy yo. Que ir por esas tierras siempre es un lujo, y de los grandes...

     

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