Feliz Noche

Mañana es veinticinco de diciembre, ese día llamado navidad. Los cristianos, practicantes o no, incluso miles de personas que no creen ni profesan religión o creencia alguna, movidos por la inercia cultural y comercial, celebran que hace 2010 años (nunca tuve claro si son 2010 o 2011, pero si a su año de nacimiento se llama año cero, el uno sera el primero) se dio el nacimiento de Jesús de Nazareth, el hijo de Dios, creador del mundo según ellos, claro.

Unas fiestas desvirtuadas gracias a los intereses comerciales. No queda bien que en navidad uno no reciba o entregue regalos. Ni social, ni personal, ni emocionalmente. Nos han acostumbrado así.

Son unas celebraciones que vienen de antigüo antiguo, desde antes incluso de la fecha marcada como el nacimiento de Jesús el nazareno. Ya antes, se eligió esta fecha para el nacimiento de otros mesías y dioses como Buda, Attris, Dionisio, Krishna, Mitras y, quizá el más antiguo, Osiris. Distintas culturas, distintas religiones, eligen este día como el nacimiento de sus dioses o mesías. Encontramos además coincidencias como el nacer de madres cuyo nombre empieza por la letra M, algunas son vírgenes, algunos de ellos mueren en la cruz y la mayoría resucitan al tercer día.

En el 21 de diciembre se da la noche más larga, en el hemisferio boreal, el sol toma la altura más baja del año sobre el horizonte. Está tres días más aletargado y el veinticino comienza a ganar altura. Para muchos, hoy en día, el sol y la luna pasan desapercibidos en nuestro cotidiano, pero antiguamente, donde la luz solar regulaba la vida humana, era algo realmente importante. 

La luz es calor, seguridad, actividad, vida... Realmente, el veinticinco de diciembre, el sol comienza a ganar tiempo a la oscuridad. Tras tres días muerto, el sol vuelve a nacer (igual os suena).

Es curioso la necesidad de creer y cómo, a lo largo de los millones de años, esta celebración de la vida se ha ido haciendo hueco en algunas de nuestras culturas hasta nuestros días.

Ahora parece estar de moda rezongar de las navidades. Ahora parece estar de moda rezongar.

Nunca me gustó ir a la moda. 

FELICIDADES. A las personas que creen en un mundo mejor y con su cotidiano lo intentan, a las que buscan la imposible coherencia, la difícil consecuencia, a las que caminan hacia la utopía beneificosa para todo el mundo sabiendo que el disfrute está en ese preciso caminar, a las que buscan a pesar de no encontrar, a las que esperan con el alma encogida, a las que regalan sonrisas sabiendo lo que regalan, a las personas que abrazan lentamente, a todas las que se alegran de que el sol se levanta porque eso significa que ya está en camino la siguiente primavera. FELICIDADES.

Feliz noche, sea cual sea tu ilusión.

Disfrutemos, que se oiga la sonrisa de nuestra alma desde lejos, como la música de las orquestas, como los fuegos artificiales, como el latir cuando se acerca la persona que amamos.

Feliz noche. Feliz vida.

4 comentarios:

    Preciosa tu felicitación, Félix. Claro, que no podía ser de otra manera.
    Pero.... ¿¿¿ Antigüo ??? Ya me perdonarás, pero la vena maestra sale a flote cuando veo algo así.... (a no ser que haya sido a propósito).

    En cualquier caso, feliz navidad también para ti. Disfruta de estos días tan bonitos.

    Un abrazote!

     

    Pues sí Susana, Antigüo. Le quitán el acento a guión, truhán, se le llama ye a nuestra y...

    Es lo que tiene reescribir y reciclar la antigüedad a lo antiguo.

    Gracias Susana.

    Abrazos

     

    Preciosa forma de desear felicidades.
    ¡Que tengas una buena entrada de año!
    Saludos

     
    On 30/12/10 10:25 Laura dijo...

    Precioso, qué manera de manejar la palabra. Un abrazo y felicidades a ti también.

     

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