PERITA: periplo

Uno nace sin pensarlo. Sin quererlo siquiera. Yo no me acuerdo, pero el útero materno debe ser como un parador con vistas, pensión completa y un cartelito de esos que cuelgan del pomo que, siempre me pareció insolente, dice No Molesten.

Pero no, la propia vida te empuja a ser molestado y nacer. El recibimiento, agradable no es. Tu madre llora, tu padre nervioso perdido (en aquella época no le dejaban entrar) y un señor licenciado que te zampa dos hostias. Mal empieza la socialización.

Menos mal que a uno le queda la vida por delante para poner remedio. Y en eso andamos.

Día a día vamos dibujando la vida que día a día disfrutamos. Y en ese equilibrio está todo. Hay gente que se pasa su existencia trazando el camino por dónde ir. Hay personas que se obsesionan con el camino recorrido. Otras tratan de ser conscientes de cada paso que dan, aquí, ahora, en estos tiempos que no corren... vuelan. En un mundo en el que te empujan y las fotos te salen movidas, las cartas borrosas o las palabras entrecortadas, siempre nos queda sonreír.

Uno está hecho de todo eso, de lo que ven sus ojos y de lo que miran, de lo que le dicen de lo que le susurra, de lo que le gritan, de lo que le insinúan, de lo que le callan, de lo que uno mismo entiende, de lo que no. Estamos hechos en nuestra mayor parte, de cosas intangibles. Eso es una suerte.

Aromas, luz, metales, decía el poema. Uno está hecho de los abrazos que da y del cómo los da y del por qué los da. Uno tiene la capacidad de ser grande y pequeño, centro y periferia, agua y fuego, cumbre y sima, dios y nada, lágrima, solo y todo, silencio que habla y palabra que no dice nada, político y fariseo o buena persona, sueño y suelo, amo y siervo, corazón coraza. Uno elige qué ser y el resto viene solo.

Hoy, el día más corto del año, cumplo años. Treinta y ocho rondando por la vida. Tratando de aprender, ecuchando, bailando. Sobre todo eso, bailando. Hoy bailo al teléfono, al facebook (qué lujo) y a las palabras y abrazos que me llegan... Bailar, bailar, a eso hemos venido al mundo, a bailar la vida. Y tengo el privilegio de tener un trabajo que me permite bailar continuamente, recoger sonrisas, sueños, emociones, lágrimas, palabras, letras... de personas de todo tipo, y de diferentes lugares. Algunas no las vuelvo a ver, con otras trazo hilos que van tejiendo el día a día. 

No merezco tanto regalo, ni siquiera hoy, el día de mi cumpleaños. 

Pero es que encima este año tengo dos especiales. 

Uno la luna. Llena, como pretendo la vida. Es la tercera vez en mi vida que me regalan la luna llena el día en el que nací.

Y el otro la vida propia, con lo que ella guarda. Y si me encuentro feliz es por todo lo que he vivido, por lo que sueño, y por lo que respiro a cada momento. Por todas las personas que han rozado mi caminar. Y también por que hoy tengo a quien amar y tengo quien me ama, y encima coincide en la misma persona. Un lujo.

Y además tengo un niño, precioso, que da a la vida ese brillo que por lejos que me vaya siempre me acompaña.

La perita de hoy es un guiño a la vida propia, y todo este texto es mi manera de dar las gracias.




periplo.

(Del lat. periplus, y este del gr. περίπλους).

1. m. Viaje o recorrido, por lo común con regreso al punto de partida.

2. m. Recorrido o trayectoria espiritual de una persona.

3. m. En la geografía antigua, circunnavegación.

4. m. Obra antigua en que se cuenta o refiere un viaje de circunnavegación. El periplo de Hannón.



Feliz semana. Feliz luna. Feliz vida.

5 comentarios:

    Por muchos años, Felix, y sigue bailando, es un privilegio verte bailar..., por aquí también.
    :-*

     

    Me sumo al comentario de Martín, Félix. Un gusto verte bailar, y hacernos bailar al mismo ritmo....

    Un abrazo.

     

    Me descubriste en tu blog un día a Jairo Aníbal Niño, hoy te lo devuelvo en forma de regalo:

    El día de tu santo
    te hicieron regalos muy
    v a l i o s o s :
    un perfume extranjero,
    una sortija,
    un lapicero de oro,
    unos patines,
    unos tenis Nike y
    una bicicleta.
    Yo solamente te pude traer,
    en una caja antigua
    de color rapé,
    un montón de semillas
    de naranjo,
    de pino, de cedro,
    de araucaria,
    de bellísima, de caobo y
    de amarillo.
    Esas semillas son pacientes
    y esperan su lugar y
    su tiempo.
    Yo no tenía dinero para
    comprarte algo lujoso.
    Yo simplemente quise
    regalarte un bosque.

    Sigue siendo feliz y contagiándonos.

    Y, pregunta del millón: ¿cuándo te dejas caer por Toledo?

     

    Que sigas disfrutando de estos regalos tan especiales. Y que sigas siendo tan especial.
    Feliz cumpleaños.
    Un abrazo

     

    Muchas gracias C. Martín. Por aquí también.

    Susana, ningún sentido tendría contar sin nadie a quien hacerlo. Sin embargo bailar, tenemos que bailar incluso quedándonos solos, en el baile nos va la vida. Y si se acbaa la música... ¡Cantemos!

    Bibliobusero, es lo bueno que tiene el compartir. Todo l oque se comparte retorna. Mirta tú. Compartir es crecer, ensanchar, expandir. Toledo... a ver si este año...

    Blanca, gracias por el abrazo. Todos somos especiales, claro, pero es que además yo soy guapo... ;o)

     

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