Perita: PANARRA

En la autovía que va desde Alicante a Murcia,  hay un tramo a su paso por Elche de tres carriles que se extiende a lo largo de unos diecisiete kilómetros aproximadamente. Tres carriles correctamente ordenados: uno en el centro y uno a cada lado de este primero. Lo que vienen a ser tres carriles, vaya. De esto hace ya algún tiempo, pero la vía sigue saturada. ¿Acaso hace falta otro carril? te preguntarás. Qué va, lo que hace falta es que la gente pierda el miedo a ir por el lógico y solitario carril de la derecha y dejen de circular a su ritmo (a veces descarada y peligrosamente lento) por el carril central. Una autovía taponada, con un carril derecho vacío. No sé yo si las autoridades determinaron la construcción del tercer carril para aliviar la circulación, o para reafirmarse en algo de lo que están convencidos y de lo que nosotros, como pueblo, no paramos de manifestar. 

Parecemos unos panarras.


panarra.

(Del lat. *pennaria).

1. m. murciélago.

2. m. coloq. Hombre simple, tonto.


La constitución española se aprobó a finales de octubre del 78 y treinta y seis días después, el pueblo la ratificó. Quince días más tarde yo cumplía seis años y desde entonces vengo oyendo con más o menos argumentos, que había que modificarla. A veces por cuestiones fundamentales, a veces por matices, pero este hecho parecía imposible de llevar a cabo: un proceso enormemente largo y peliagudo, mucho más delicado que el de desenterrar a los muertos de las cunetas y llevarlos a donde dice la ley que tienen que estar los muertos enterrados. 

Pero no, resulta que no es tan difícil cambiar la llamada carta magna y que el estío, mientras todo andamos de cervecitas, relax y pocas ganas de pensar, es un momento idóneo para plantear esta y otras cuestiones que benefician muy mucho a unos muy pocos. Nuestros irreconciliables y adversos partidos mayoritarios se olvidan de sus diferencias para ciertos asuntos y unen sus esfuerzos, voluntades, discursos y argumentos, decidiendo al margen del pueblo al que dicen representar y que les da de comer, cambiando aceleradamente y con una agilidad pasmosa la carta grande a su antojo y medida sin realizar una consulta, un plebiscito (perita del tres de enero), sin dar siquiera tiempo y oportunidad a un pataleo popular legal.

A estas alturas, quién sabe si por el cambio climático, la izquierda y la derecha mayoritarias, parecen dar la misma sombra cuando ambas ponen el culo al sol que más calienta. 

Y digo yo que algo tendremos que hacer, porque una cosa es que no nos demos cuenta desde el centro, entorpecemos el libre avanzar por el carril izquierdo ya que por el derecho es delito adelantar y por ello nos comportemos como panarras, pero nada tiene que ver con que den por hecho que lo somos. 

O,  ¿es que realmente lo somos?

Feliz semana. 

1 comentarios:

    Pues en mi casa los panarras éramos mi tío Vicente y yo que nos sentábamos juntos para tener bien a mano la cesta del pan y estar bien abastecidos, éramos los que más pan comíamos de la familia con diferencia; de hecho, creo que durante mis primeros años de vida subsistí gracias al pan que era lo único que comía con apetito y gusto. Lo de las otras acepciones no las conocía.
    Y lo que pretenden estos políticos es no darnos pan y llamarnos tontos, que hay que jo...robarse.
    besos calurosos, uf-uf

     

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