Carta del banco

Me llega una carta del banco. Una carta de una cuenta que hace mucho que no utilizo. ¿Qué deberé? ¿qué no deberé?

Soy un mal pensado, lo reconozco. Pero esta vez el banco me sorprende.

Me ingresan el dieciséis de enero dos facturas del año 2008. Olé.

No sé si escribir a la secretaría del ayuntamiento y darle las gracias por su buen trabajo.

Los lunes, en vez de irme al sol, me dedico a llamar a los ayuntamientos que me deben dinero desde... el 2007. Las facturas del 2006 las he dado por perdidas.

Hay personas que al otro lado del teléfono no saben dónde meterse ni cómo decirme que no saben qué decirme.

Hay otras que parece que el ayuntamiento sea suyo y lo defienden con argumentos que van desde el "es que no hay dinero" (que yo respondo, sí, hoy, pero ¿¿en el 2007...??) al irónico sin gracia de "piense que es una manera de ahorrar". Otros ofendidos dicen "a mí la administración también me debe tantos mil euros".

Algunas me dan largas con un llame más tarde, mándeme de nuevo la factura, llame la semana que viene, tiene suerte su factura está en el montón de las que se van a pagar pero no sabemos cuándo, o el irritante ¿pero es verdad que estuvo aquí contando cuentos?.

Los lunes, quizá pronto los pase al sol, pero mientras siga teniendo para pagar el teléfono y pueda pagar también las comisiones de mantenimiento de las cuentas del banco, dedicaré un ratito a reclamar lo que es mío, lo que trabajé hace tiempo, adelantando en aquel día el gasoil para llegar, la comida que comí y el lugar donde dormí fuera de casa y los libros que compré para no quedarme sin historias que contar. Y el tiempo. Mi tiempo, lejos de los míos.

Y si me cortan el teléfono montaré un comando de cobros, pero sin pasamontañas ni disfraces de fraile, mariachi o frac. Iré de autónomo, a cara descubierta. Sin vergüenza porque yo no he hecho más que mi trabajo, y lo mejor que sé y he podido, como siempre, aunque no vaya vestido con traje, como mucho sinvergüenza.

Hoy he cobrado y en vez de indignarme porque es de algo que hace cuatro años que trabajé, va y me pongo contento.

Mira que soy rarito, leñe. Y siempre busco cualquier excusa para sonreír.

Feliz viernes, frío, pero viernes.

3 comentarios:

    habra que empezar a trabajar en las esquinas. Te cuento una historia para que le cuentes a tu novia el dia del amor, otra para que le cuentes a tu hijo antes de soñar, otra a tu madre que tiene alzheimer, otra al hermano con el que no te hablas, otra a una amante que hace 20 años que no ves pero que permanece el recuerdo en tu piel, y otra al aire, como diria Bod, la respuesta esta en el viento...

     
    On 4/2/12 13:29 Susana dijo...

    Mejor alegrarse por algo que es tuyo hace tiempo que enfadarte, ¿no?

    Feliz sábado.

     

    Mientras nos dejen seguir contando como profesión montiensoñante...

    Sí, es mejor alegrarse. ¡Qué remedio, Susana!

     

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