Esta semana en la Biblioteca de los Elefantes...


. escrito por Christophe Gallaz 
ilustrado por Roberto Innocenti 
. traducido por Maribel G. Martínez
editado por LÓGUEZ en el 2002 la edición consultada

a partir de  3 6 9 12 16 ad

. comentado por Félix Albo
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Sí. Tienes razón. Siendo un libro ilustrado por Innocenti ya tiene las de ganar pero este, encima es especial.

Este libro posee un equilibrio exacto entre la dureza y la delicadeza. 

Rosa Blanca es una menor que vive en un pueblo donde la segunda guerra mundial lleva a los nazis. 

A través de sus ojos de niña, descorreremos el telo ténue que viste la realidad para toparnos de frente con la barbarie que guarda cualquier guerra. Rosa Blanca,  inocente e inquieta, no deja de observar qué pasa a su alrededor y su curiosidad le lleva a descubrir un campo de concentración no demasiado lejos de su pueblo. 

La protagonista de esta historia no se llama así por azar o capricho. Rosa Blanca fue un grupo de estudiantes alemanes liderado por Sophie Scholl que se movilizó de forma pacífica en contra del nacionalsocialismo. Su osadía no duró ni siquiera un año pero acciones así dejan huella, siembran y, a veces con el tiempo, resurgen quizá para no olvidar que la máquina sorda y absurda de la guerra continúa aplastando el sentido común y la vida de muchas personas. Siempre demasiadas.

Por ello Rosa, nuestra niña, decide intervenir llevando comida a los niños presos de estrella en el pecho, que viven más allá del río.

Las ilustraciones de Innocenti, llenan de detalles y realismo las páginas de este bello libro, de manera que cuando uno recuerda su lectura, sus imágenes parecen cobrar movimiento, texturas, sonidos, temperaturas.

La muy buena traducción de un texto justo para no solapar ni reiterar a las ilustraciones, aporta ritmo como de susurro a la lectura que la hace quizá más íntima, tensionando la historia hasta sus últimas páginas.

Como sabes, en nuestra Biblioteca no nos gusta desvelar los finales para que vayas al libro, para que te sumerjas, para que lo disfrutes. De este te diré que deja un agujero por donde entra el frío con soltura y virulencia.

El libro es un alegato al sentido común, a la no guerra, a la no barbarie. La historia, llena de silencios la lectura y ayuda a graduar, a enfocar la realidad, a mirarla sin bizquear.

Un libro que abandona la sensiblería para afrontar sin remilgos una situación de nuestra historia y que, lamentablemente, muy lamentablemente, se repite de manera impropia en una sociedad avanzada como es la que habita el planeta.

Un libro para leer y comentar, claro, poner en común las sensaciones, las miradas, los nudos.

El pasado fin de semana compartí un curso de narración en Herencia (cdr) y uno de los cuentos elegidos fue este. Si leerlo emociona, escucharlo sobrecoge.

Un lujo de libro que no te puedes perder. ¿Lo conoces?

Ya me cuentas. Feliz lectura.

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