Pertia: VISAJE


Estamos en agosto. Tiempo de mirarnos, de detenernos en cada uno de los pliegues, de los ademanes, de los sutiles movimientos, de las sensuales señales de quien amamos.

Estamos en agosto. Tiempo de silencio repleto, de apagar las palabras y comenzar a buscar otros lenguajes: las manos, los roces, la excitante respiración del uno sobre la espalda del otro, el soplido fresco sobre el pecho, sobre la corva, por entre los dedos de los pies, desde el pliegue del omóplato hasta los adentros íntimos de las ingles.

Estamos en agosto. Tiempo de guardar las voces y replegar las sábanas y los resquicios hasta más abajo de los pies, para conversar con el mordisco, con la risa en los toboganes del pabellón auditivo, con el oleaje espasmódico de los cuerpos (marejada, marejadilla), con la contemplación mágica del ser a y con quien amamos, el delicado y pasional estudio de sus visajes y todas sus comisuras, con deleite de la caricia expresiva con quien caminamos, con la entrega entrega de quien soñamos.

Estamos en agosto. Tiempo de amarnos, tanto como en septiembre, o enero, o luna menguante, o tiempo de crisis, o vacas que pastan el mundo entero y perros que sueñan con cántaros de leche fresca.

Estamos en agosto. Feliz verano. Feliz roce. Feliz todo, juntos, con quien amamos.
Feliz amado. Feliz amada.

visaje.

(Del lat. visar, mirada, apariencia, aspecto).

1. m. gesto (‖ expresión del rostro).

2. m. gesto (‖ movimiento anormal del rostro por vicio o enfermedad).



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