Y esta semana, en la Biblioteca de los Elefantes un libro delicioso de deliciosa poesía:



. escrito por Raúl Vacas
ilustrado por Tomás Hijo
editado por SM en el 2011. web
ISBN. 9788467548068

a partir de  0 3 6 9 12 16 ad

. comentado por Félix Albo
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No me digas que el título del libro de esta semana no es sugerente: Niños Raros.

¿Quién no se ha sentido raro alguna vez en su infancia? ¿Quién no lo ha sido? ¿Quién no ha conocido a algún niño aún más raro? Pero no, este libro no es un catálogo de esa mala corriente que pretende poner un nombre de pseudo enfermedad a cada comportamiento infantil que chirría en el mundo de las personas adultas. Nada de eso.

Este libro es un LIBRAZO que guarda en sus coloridas páginas veintisiete poemas, uno por cada letra del abacedario. De hecho es un poemario abecedario ya que los títulos de cada poema está ordenados según el abecedario. El niño Alga, la niña Bhúo, la niña Cacto, el niño Díscolo, la niña de Espuma... Y así hasta el Xilofoniño, la niña Yunque (con su martillo) y el niño Zancudo. Los títulos son, como ves, niños y niñas dotadas de alguna peculiaridad rara.

Los poemas son deliciosos, y nos presentan uno a uno, a sus protagonistas raros y raras. Además, cada uno de ellos es una propuesta para trabajar recursos estilísiticos o métricos. Y esto lo hace un libro único.

Pero... ¿funcionará la poesía? te estarás preguntando quizá. Solo hay que leerlos en voz alta y dejarse llevar por los juegos que cada página nos propone rebosando humor: Versos de cabo roto, juego con esdrújulas, canción de corro y comba, rap, soneto con eco, tautograma con a, abecegrama, pentasílabos, sonetos y sonetillos, nanas, pareados, diéresis, décimas... Y así hasta veintisiete propuestas distintas que suenan, bailan, cantan y juegan en nuestra voz cuando los recitamos de viva voz.

Seguro que más de una mañana jugamos a hablar rimado, o en pareados, o a completar la tarde con versos de cabo roto, o llenar la puerta de la nevera con palabras que empiecen por la letra a, o la c, o a componer un rap de las cosas raras de nuestra familia.

Las ilustraciones que acompañan a los poemas son del dueño de la idea del libro, Tomás Hijo, que derrocha color y ganas de jugar también.

Los poemas son de Raúl Vacas, un poeta que acompaña sus versos siempre con gran regusto de buen humor, algo de ironía y una excelente manera de poemizar el cotidiano.

Este libro, este, no te lo puedes perder. Es cierto, algunos poemas son no demasiado cómodos de leer, pero merece la pena el esfuerzo puntual. Tenemos que dejar sitio a la poesía, al ritmo, a la música, al juego de las palabras, a la estructura, a que nuestra cabeza baraje las palabras buscando no solo la que cabe por lo que dice, si no la exacta, la palabra exacta por lo que dice, por cómo lo dice, por cómo suena, por la imagen, el color, el olor y la emoción que evocan en la persona que escucha. La poesía mueve y remueve, nos baila por dentro y este libro es una excelente manera de comenzar a bailar, a jugar, a disfrutar leyendo.

No te lo pierdas. Búscalo en tu Biblioteca Pública, y si no lo tienen, pídelo. Hace falta que las personas que están por arriba de las Bibliotecas (tan arriba que están fuera) sepan que las personas que leemos, necesitamos ciertos libros, necesitamos el fondo de las bibliotecas porque los usamos, los disfrutamos. Y este libro es una buena razón para ello.

Feliz lectura. Feliz semana.

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