REGAÑIR
1. intr. Gañir* reiteradamente.

*Gañir. 4. Dicho de una persona: resollar o respirar con ruido.
_____________________________

LADRILLOS DEL DIEZ - Félix Albo

Todo empezó hace unos cuatro años, en un pequeño hostal de un pueblecito de Aragón. Serían cerca de las cuatro de la mañana cuando le despertaron las risas de una mujer y alguna palabra ininteligible de una voz masculina. El ruido de la puerta de la habitación de al lado al abrir y cerrar y las risas juguetonas que no cesaban fueron el preludio a toda una serie de gemidos y gritos de absoluto y sorprendente placer sexual.   

No pudo evitarlo. Se levantó sigiloso. Se acercó mudo a la pared y colocó su oreja sobre el yeso con la ligereza de una pluma reposando sobre la primavera. Ahí mismo, diez centímetros más allá, una pareja anónima estaba copulando de manera absolutamente fogosa y desinhibida. Una erección súbita reclamó la atención de su mano, que no pudo negarse a una pasional entrega ante las ráfagas de imágenes incesantes y realistas que su imaginación, a través del ladrillo, hacía pasar por su mente de manera vertiginosa e imparable.

Al rato, cuando todo cesó, se dispuso a seguir durmiendo pero con la agradable sensación de hacerlo de alguna extraña manera acompañado.

Desde entonces, en cada hotel que visita, anda pendiente. Si cuando llega la noche noche, escucha cualquier ruidito, a veces incluso sin estar seguro de haberlo percibido, pega discretamente su oreja a las paredes de la habitación contigua. Son muchas las ocasiones en las que al otro lado, una pareja se deshace en fervorosos vaivenes con palabras amorosas, obscenas, cachetadas sonoras, fustas al viento o gritos sordos que él disfruta como un participante más en el acto sexual. 

Pero muchas, muchas más de las que él cree, tras el ladrillo del diez enyesado por ambas partes, empapelado también por encima del enlucido, los únicos regañidos que le elevan hasta su solitario y particular éxtasis son los que su propia imaginación genera, quién sabe si por compasión o por puro miedo a esa soledad que se ha instalado en su vida sin invitación ni consenso.

Eso sí, duerme mucho; mucho más tranquilo.
_______________________________

Disfrazamos nuestras soledades como mejor podemos, como mejor sentimos, como mejor queremos. 
Hay quien no puede quitársela de encima, hay quien se acostumbra, hay quien la teme y vive bajo un pesado yugo.
Hay quien incluso de la costumbre pasa al respeto y acaba queriéndola o amándola como la mejor compañera de viaje.

En soledad o en compañía,
feliz viaje, feliz semana, feliz vida.

Abrazos a capazos.
Félix Albo.


*ahora tienes esta historia en formato .jpg para que puedas decir eso de #teregalouncuento desde aquí, también desde face o twitter. Esto es un "no parar". GRACIAS.


0 comentarios:

. . .