QUASAR
(def. de rae
(Voz ingl., acrón. de quasi stellar [radio source]).
1.- m. Astr. Cuerpo celeste de pequeño diámetro y gran luminosidad, que emite grandes cantidades de radiación en todas las frecuencias. Es el tipo de astro más alejado en el universo.


ASTRAL - Félix Albo

Se quedó sin habla al encontrar sobre la bandeja del desayuno una nota manuscrita: Sal de mi vida.

No se conocían hacía demasiado, pero hasta el momento todo había sido perfecto. Desayunó sin entender nada, pero si no había preguntado para llegar, tampoco lo iba a hacer para marchar. Recogió las pocas cosas que se había llevado a la casa de ella y marchó sin nota, ni rencor, a vivir una vida que ya le esperaba. Se llevó con él, sin ser suyo, un fular abrazándole el cuello como ella sólo supo hacer.

Ella tardó en darse cuenta de que algo raro había pasado. Hasta que llegó la noche y él no volvió. 
Buscó una pista, una nota, un rastro, pero nada. Y en las vueltas que le dio a la noche dedujo que quizá se había precipitado al dejarle aquella nota intensamente cariñosa. Pero era verdad. En dos semanas de relación él le había volcado la vida, le había dado brillo, sabor, alegría, un amor, sí, como lo lees: amor intenso; seguridad, complicidad y un sexo tremendamente divertido. El descubrirse mutuamente era un juego trepidante y bello. 
Todo eso fue lo quiso resumir en la nota del desayuno. Sal de mi vida, el condimento necesario para realzar el sabor, el equilibrio justo que ella andaba buscando para esa sosa existencia, la sazón apra querer bailar cada tormenta y saltar sobre cada charco. 
Quizá él se asustara por pensar que ella iba demasiado rápido. Demasiado en serio. Pero cómo si no tomarse algo tan importante como el día a día.

Se despertó abrazada a un polar que él había dejado en el canasto de la ropa sucia. Se lo puso y salió a la vida que ya la andaba reclamando.

Nunca se encontraron. Nunca supieron el uno de la otra ni viceversa, aunque muchas noches se quedaran mirando el firmamento, como buscando, y acabaran sonriendo al encontrar. El universo es demasiado grande, pero por suerte, aquellos dos astros continuaron alumbrando otros sueños, otros caminos, otras galaxias, alumbrando para no perderse. 
Felices de saber que lo vivido es único y que las lágrimas contienen la esencia de todo equilibrio.
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A mí esta primavera otoñal me está matando. Ando como los almendros, despistado, sin saber si desprenderme de las hojas o romper a flores este letargo que no llega sin dejar de estar.

Acho. Qué tránsito más extrañamente dulce estoy pasando. El jueves hay luna llena. No te la pierdas.

Feliz ¿otoño? Feliz de todos modos.

Abrazos a capazos.

Félix Albo


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