mi casa a Valencia y vuelta 423 kms.
Al lío, al lío. Los humanos nos estamos volviendo locos.

En Valencia también hay gente que cree en lo que la mayoría no suele hacerlo y se lían la manta a la cabeza y se proponen abrir un espacio nuevo para la palabra.

Marga, su hija Vero y su "amigadebiencerquita" Raquel, regentan un espacio especial en la capital donde dicen los regatistas que no sopla el viento. Se trata de una cafetería: El Jardí.

Muy cerquita del Espai Campanar, un espacio donde a parte de tomarte un café o una pizza cuadrada muy buena, puedes dejar que tus descendientes jueguen en un rinconcito o, como anoche, escuchar cuentos.

Como era la primera vez no éramos más de 30, pero suficientes porque nos lo pasamos muy bien. 30 personas que prefirieron mis cuentos al fútbol, y de esas ya van quedando menos…

Las historias de NUDO son unas historias que salen con ganas de entrada, pero si se encuentran a un público también con ganas, pues ellas se acomodan mucho mejor. Éste era el caso. De nuevo mi primer beso, y mi abuelo contando la historia de los mellados, y el santo para arriba y el santo para abajo…

Un lujo. Somos 16 más en pasos. 32 pies más para seguir caminando. No tengo foto porque soy un desastre, pero igual, de entre la gente del público que hizo fotos, alguien se anima y me manda una.

La alergia se ha apoderado de mí. Tengo los ojos (por suerte), pero picorosos y como inflados. Pero todo tiene sus ventajas. Con los ojos así, por la noche, detecto mucho antes a las personas que olvidan quitar sus luces largas.

Buenas noches.

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