Desde el volante


Encontrarse un Simca en la autovía del Mediterráneo a medio día es como encontrar una coma en una frase interminable y tan rebuscada como resubordinada. Uno frena. Respira. Lo observa detenidamente y después le adelanta por su izquierda, sonriente de que aún quedan rodando. Una coma en la atuovía, un respiro, un ays.

Esta mañana, a las 8.00 de la mañana varios cuerpos de la Guardia Civil consideraron oportuno organizar un control de carretera en plena autovía. Imagino yo que los terroristas y los traficantes no tienen regulado el horario laboral, pero quizá comiencen a trabajar a la misma hora que el resto. Será por eso, ¿no? La verdad es que en el ambiente de los conductores y conductoras atascados y atascadas estaban con un cabreo grande, pero, claro, con una sensación de seguridad más grande.


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