Lujo de marzo

Sí, ya sé. No escribo. Pero este marzo loco me lleva loco. Y tengo un montón de cosas que contar, pero no hay manera. Así que hago un pequeño paréntesis en este incesante tic tac mec mec desde la Biblioteca de Tres Cantos, donde voy a contar en un ratito. 
Y os digo que este mes ha ido todo genial, y encima primavera, con lo que he podido disfrutar de ver florecer la península y verdear Lanzarote, en el norte de la isla, donde no están muy acostumbrados a ver florear la costa, ni la lava malpaís.
Este mes ha estado lleno de actividades formativas para profesionales de la enseñanza. Además han coincidido todas las sesiones en Murcia. Y allá he ido yo, con mi maleta llena de libros y de ideas y de ganas y de...
En cada charla dejaba la mesa como veis en la foto: llena de álbumes y libros de literatura infantil y juvenil, según fueran los asistentes, de infantil, primaria o secundaria. Cada sesión más de sesenta títulos llenaban la mesa y más de 180 minutos hablando, proponiendo, escuchando y tratando de animar y responder. Ojalá el cuento invada las aulas, ojalá el cotidiano de las clases se llene de cuentos ,de palabras, de emociones teniendo como nexo un libro al que recurrir para abrir las tapas, las del libro y las nuestras.
En mi correo esperan ya cinco correos, con propuestas y solicitudes. Este fin de semana me pongo, que llevo un mes...

También se ha llenado de kilómetros. No se los que habré hecho, pero muchos. Se que hoy, día internacional de teatro, me dieron el coche nuevo. Sé que hoy, un año después, he llegado hasta la puerta de esta impresionante casa de la cultura con 77.312 kilómetros.  Pero he visto florecer los paisajes y eso no tiene precio.

A principios de mes anduve por Bullas, para celebrar el ocho de marzo, como hace ya años atrás. Los niños y niñas de los centros educativos me conocen y al verme saben que vengo a hablarles de cuentos, pero cuentos de mujeres. Este año le tocó el turno a una historia tradicional, de las de toda la vida, de esas donde una mujer, mayor en este caso, sustenta el ritmo de la historia y de la vida. Es más que curioso, tanto que a veces dudo, ver manos alzadas de niños y de niñas al preguntar quién se hace la cama antes de ir al cole, o quien sabe batir un huevo, o tender la ropa, o en casa de quién su padre friega los platos. En la foto, a ambos lados de mi persona dos de las grandes. Al extremo derecho, las técnicos de la oficina de la mujer del ayuntamiento, que acaban por saberse los cuentos de escucharlos cinco veces en una misma mañana.
También he contado para secundaria, pero las fotos no las tengo aquí. Ya las pongo mañana, pero me lo he pasado muy bien contando mi primer beso a todo el alumnado del IES MARE NOSTRUM de Alicante o el IES SAN PASCUAL de Dolores.

En Barcelona tuve mi ruta con encuentros y abrazos de gente a la que hacia mucho tiempo que no veía. Y además tuve el honor y placer de inaugurar una nueva forma de desarrollar la cultura: Clandestinos Fue todo un éxito y eso les deseo, que sea un éxito cada acto clandestino que realicen. Larga vida a las clandestinas. 
A Lanzarote me llevo algo a lo que no estamos acostumbrados, ni mi oficio ni mi persona: un festival de teatro de calle. MALPAÍS, organizado por la muy buena gente de Producciones del mar, aunque ahora se vayan a unahoramenos. Fue un goce contar en la calle para público adulto, con una biganvilla arañándome la calva que ya se ahbía encargado de arañar durante el día el sol que cae de punta en la isla. Los mellados triunfaron en MALPAÍS, y fue un lujo compartir calle con profesionales del clown y las mazas y las piruetas y un trabajo físico que válgame la virgen (que diría mi amigo Pepe Ávalos).

Pero el viaje tenía otra sorpresa y era la compañía. Pau y Ángeles vinieron a compartir esta tierra volcánica, en la que nos dejamos llevar por sus carreteritas y llegamos a paisajes como el de la foto, que cortan el viento y la respiración, pero lanzan los sueños y las palabras. Es como volar, pero con los pies en tierra.
¿Tienes miedo Pau?
No. Bueno, me da un poquito de miedo. 

Dice justo antes de despegar, mientras se coge al brazo de su madre que es como cogerse a la seguridad de la vida, y por eso se le pasa enseguida. En su segundo viaje manifiesta que le encanta volar y ver las nubes desde arriba.

El azar y mi despiste nos regala un día en Madrid. Nos vamos de Retiro a disfrutar de un sol capitalino y un parque tremendo y envidiado. Cerca queda Atocha y en sus entrañas el monumento a las víctimas de la barbarie. Es curioso sentarse en esos bancos con huecos de culo estándar y dejarse llevar. Sin querer, sin saber muy bien por qué, las lágrimas acaban por subir. Debe ser la efervescencia  interior que produce la rabia. De las muchas frases que hay, me quedo con la de arriba del todo: HACE FALTA MUCHA FANTASÍA PARA SOPORTAR LA REALIDAD. Para eso estamos nosotros, para eso contamos muchos, para, no soportar, sino para aprender a DISFRUTAR de esta realidad a simple vista extraña, pero tan, tan grande y maravillosa...

Abrazos primaverales. Abrazos de flores. Abrazos a capazos.

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