A veces, igual que hay noticias que a uno le revuelven, otras le acarician el ánimo. Ésta es una de ellas, dentro de su dureza. Ya he hablado en alguna ocasión del blog de donde está extraído cuyo autor es Hernan Zin: Viaje a la guerra.
En este blog hemos dedicado numerosas entradas a describir los muros que nos dividen, tanto por la paradoja que suponen con respecto a la globalizacióncomo por lo que implican a nivel simbólico: la renuncia a cualquier atisbo de diálogo, de negociación; la negación tajante del otro, de sus razones, de su mera existencia.
Pusimos el énfasis en las numerosas barreras que en el siglo XXI han surgido desdeCisjordania, pasando por Arabia Saudí e Irak, hasta Afganistán, sin olvidar aquellaque aparta a los saharauis de cualquier atisbo de regreso a sus tierrasancestrales y la que Estados Unidos se obstina en su frontera con México.
Esta última comenzó a ser vigilada en el año 2006 por los mismos aviones no tripulados Predator B, otro tema recurrente en este blog, que con el arribo de la administración Obama han multiplicado sus ataques en Pakistán y que se han convertido en los principales protagonistas de las guerras contemporáneas.
Teniendo en cuenta que algunos analistas señalan que en el año 2025 las fuerzas armadas de EEUU serán mayoritariamente robóticas, no sólo en el aire con los drones sino también en misiones terrestres, se podría imaginar para dentro de veinte o treinta años un orbe escindido por muros en el que todo intento de sedición, insurgencia o rebeldía será reprimido de forma remota por los países más prósperos. De un lado una población mayoritariamente joven, desempleada, ajena al progreso material, y del otro el mundo rico, convertido en fortaleza de su bienestar.
40 días para un Bagdad sin muros
Seguramente se trata de una predicción demasiado lóbrega, exagerada, y el encuentro, el diálogo y la sensatez terminen por derribar estas barreras. Las noticiasque llegaban la semana pasada desde Irak resultan, en este sentido, muy alentadoras.
El primer ministro Nuri Al-Maliki ha ordenado la retirada en cuarenta días de todos los muros de hormigón que dividen Bagdad. Como ya vimos, en los momentos de mayor violencia se fabricaban contrarreloj en el Kurdistán iraquí. Los militares estadounidenses los colocaban durante la noche, muchas veces con tantas prisas que aún no habían llegado a fraguar.
Dividían a los barrios de chiíes, suníes y cristianos en Bagdad. Tenían todas la misma forma de lápida que se repite en Cirjordania, en Gaza, en Líbano, dando a Oriente Próximo el aspecto de un vasto cementerio (que en buena medida lo ha sido en estos años de guerra). También nos hicimos eco de la denuncia de Robert Fisk sobre la participación de militares israelíes en el diseño de estos muros en Irak.
Muchas de las que pueblan Bagdad han sido pintadas con grafitis. Complican hasta el paroxismo los desplazamientos a través de la ciudad. Aunque todavía tienen lugar algunos atentados con coche bomba, lo cierto es que la retirada de los muros será para los bagdadíes una razón de alivio, un símbolo de vuelta a la normalidad, como lo fue hace un mes el partido amistoso de fútbol con el estadio abarrotado de hinchas entre la selección de Irak y la de Palestina.
Ahora el gobierno se pregunta qué hacer con esos kilómetros de concreto. Al menos no tienen el mismo problema que las autoridades de Gaza. Según vimos en 2006, al estar limitadas por tierra y mar como consecuencia del bloqueo israelí, no tienen forma de librarse de las toneladas de cemento que producen los bombardeos y los ataques con tanques Merkava, y los recordatorios del horror continúan allí, quizás porque en esa otra parte del planeta la afrenta, la división y la barbarie siguen condenadas a perpetuarse.

El pasado sábado tuve la ocasión y el placer de ir a ver el último trabajo de El brujo. Nunca le había visto trabajar y me encantó. El espectáculo que pude disfrutar, El evangelio de San Juan, es una reivindicación continua del poder la palabra. Es más, identifica al Jesús de Nazaret, como el hombre palabra; más allá de los milagros que realizaba, panes, peces, vinos a borbotones, paralíticos que andan, ciegos que ven más allá de lo que las pupilas perciben... lo que molesta de su quehacer casi diario, es su palabra. Con su palabra revoluciona todo lo establecido. Pero no todo el mundo es capaz de mantener el goce por la escucha. Algunos porque dice aquello que no quieren escuchar, otros porque van solo esperando más peces, más panes, más bocatas caídos del cielo, como decía este actor/narrador, y otros por esa libertad que da la palabra de decir lo que uno quiera. 

Sí, digo actor narrador porque así me pareció su trabajo, a veces desde el actor, y muchas, casi más, desde el narrador, con un texto a veces acre para cierta parte del público (por lo menos para cuatro que tenía yo delante) por sus confesiones/elucubraciones/divagaciones siempre bien medidas y con aire crítico y mordaz hacia la institución contraponiéndola a la palabra de su mesías, teje y zurce con humor e ironía los 120 minutos que dura el monólogo.

Y desde esta posición dual, consiguió una cercanía y complicidad con el público que, al parecer, y según he leído por internet, es una de las características del trabajo de este grande.

En el suelo del escenario un mapa de Palestina donde no se apreciaban las fronteras entre Judea y Galiela que ya existían. El Brujo paseó Jordán arriba, Jordán abajo, el texto que iba caricaturizando con su gestualidad imitatoria a la representada en muchos retablos o frisos cristianos. Cuatro músicos, uno de ellos con cadenciosa y envolvente voz, acompañaban al Jesús hombre del que contaba El Brujo, en sus ires y venires, en sus caminares descritos en el evangelio.

Crítica, incitación a la reflexión, juego, risa, desbarre, tensión, inmensidad (a veces su voz tomaba una inmensidad que inundaba todo pro dentro y por fuera), humanización del hijo de un dios, pero ante todo, el espectáculo fue una defensa de la palabra, una reivindicación del arte de contar, llegando a comparar la palabra con la vida; la historia, los hechos permanecen vivos mientras se cuentan, y mientras haya quien los escuche, pero sobre todo mientras se cuentan.

Un lujo del que salí más grande de lo que entré, y mira que ya ocupaba silla y un trozo. Un lujo poder compartir con Javier y Carmen el espectáculo y, sobre todo y con más tiempo, con Ángeles a quien las butacas del Auditorio Parque Almansa le descoyuntaron la espalda, pero no le impidieron gozar del espectáculo y la noche.

En octubre estrena otro espectáculo y cierto es que cuento con verlo. 

Salud.


P.D.: Enlace a una entrevista que he encontrado por ahí
nota. la foto es de noticias terra.es

En mi tierra hay personas a las que, en algún momento de su vida,  les transfundieron horchata a falta de glóbulos vivos y eso en el ánimo se nota. Quieras o no se nota. Por mucho que uno se esfuerce, se nota. Si no, mirad la segunda acepción.


melsa.

(Del cat. melsa, y este del gót. *mĭltjacf. a. al. ant. milzinórd. milti).

1. f. Ar. bazo.

2. f. Ar. flema (‖ calma excesiva, impasibilidad).

Feliz semana. 


Esto leo hoy e irremediablemente me trae a la memoria algo que leí no hace demasiado. Nunca hace demasiado.


Elda era un referente en la dinamización de Bibliotecas, y sí, lo escribo en mayúsculas por aquel trabajo era así: con mayúsculas. Ahora hay dos bibliotecas menos. Quizá haya quien no se ha dado cuenta. Este año la semana del libro, su 20ª edición, apenas tuvo repercusión en la prensa, ni en la televisión local... Llamadlo como queráis, pero esta política cultural, ni es política, ni es cultural.

Hay días que uno no sabe por qué se pone a leer la prensa.

"Las bibliotecas son como faros en la noche: salvan vidas. Quien destruye bibliotecas condena a los hombres a chocar contra las rocas. Condena a los pueblos a un naufragio. Pasó en Alejandría, ha pasado en Sarajevo y también en Bagdag." de El prólogo, de La vuelta al mundo en 80 libros, un programa de RNE, más que recomendable. Te lo puedes descargar. Yo, a menudo, lo escucho mientras voy recorriendo carreteras secundarias. Es un lujo.

Debe ser difícil construir un faro pero, si nos los destruyen, no lo es alumbrar el acantilado si cada uno encendemos una vela. ¿Te animas a encender tu vela? Abre tus libros, habla de ellos, así invitaremos a abrir las mentes, los oídos, los goces, los sueños, las puertas...

P.D.: Con ésta entrada en mi blog inauguro una nueva categoría. Sin Sentido. Es el título de la entrada que utilicé para denunciar el acto de ETA. Claro está que no estamos hablando de lo mismo, pero englobaré aquí todo aquello que me parezca absurdo y nocivo para el mundo que añoro y deseo. Y, aunque lo de ETA suponga pérdida de vidas humanas, en el programa de radio al que hago referencia, también se dice que los libros son el límite de la barbarie. Y, en el colegio de Ballobar: Un libro es como un pájaro con más de cien alas para volar. Con suerte, inauguraré otra entrada que se llame Con Sentido, y así quede también reflejado lo que voy encontrando que favorece el camino hacia un mundo mejor, que es posible, porque no hay poca gente luchando por él. ¡Salud!

No es muy común en mí, mira tú, contar en la capital de la provincia que habito. No es por voluntad propia, lo aseguro, pero me promociono poco o mal por estos lares. El caso es que hace una semana, el viernes 31 de julio, tuve la oportunidad de disfrutar contando cerca de casa, por lo que entre el público había gente conocida, claro, y gente querida, más aún: gente cercana que nunca había visto mi trabajo, y gente que, aunque lo había visto, como frecuento poco las cercanías, se acercaron a verme; chicas y mujeres de mi último curso en FOREM (las de la foto que ni están todas las que son, ni todas las que fueron, que una se fue antes), que fue una alegría que estuvieran y oírlas reír, alguna exalumna de otros años, mis jefas majas de allí (de Forem), y algún compañero que se pusieron tan lejos que apenas les veía, alguna alumna de secundaria que me escuchó en su instituto, padres de amigos de mi niño, alumnas del curso de La Cúpula (Inma gracias por la referencia en tu blog), o del de Monóvar, amigos de amigos que trajeron a más amigos, público alicantino, o eldense, o monovero, o alcoyano, o ilicitano, que se encontraba con gente conocida mientras iban buscando dónde sentarse y, al final, creo que era uno de esos lugares que si fuéramos uniendo con un rotulador las personas que tienen alguna relación habría poca gente con uno o dos lazos. El resto más. 

Por ir fueron hasta mis vecinos belgas, que, con las velocidades y las ironías creo que a pesar de su cuidado castellano, se rieron más por inercia social que por la semántica oral pero ahí quedaron mis gestos, que siempre acompañan. 

Entre el público, mi padre. Hacía tiempo que no me escuchaba y siempre me gusta verle ahí sentado, camuflado entre el resto (o de padres, sino de público).

Nervios todos. Creo que nunca había contado ante tanta gente conocida y que desconocieran mis gozosos quehaceres cotidianos. Así que nervios todos (insisto), pero me fui relajando hasta acabar disfrutando. Bueno acabar; antes de la mitad ya estaba entregado a ello. Entre el público estaba Berenguer, amigo de hace tiempo y de esos que duran por compartir poco ya que el tiempo nos apremia, pero por lo menos siempre nos quedan las ganas y nos lo decimos. En la foto sale gente con el brazo levantado. Será porque les bloquea que les hagan fotos y buscan una solución, vete tú a saber, pero es sólo una parte del público, la del centro y los que se quedaron a la foto, que soy muy despistado y cuando me acordé ya se había ido gente. Si es que...

La sesión se hizo en el jardín (qué bonito ha quedado) de la cafetería del centro social Playas, entre dos playas que a cualquiera que haya venido por aquí le sonarán: La Albufereta y San Juan. Hablaba con Gerardo, compañero de docencia en Forem, aunque lo mío es ocasional y anual y lo suyo cotidiano y grave. Hablaba con él, insisto, (y con Mª Carmen y Olga, las majas) de lo que ha cambiado esa zona, principalmente por la presión urbanística que presiona hacia abajo y hacia el mar. Los descampados, la falta de controles de tráfico, los orgasmos de monja, las redadas en el Factory, mi puch cóndor (madre)... Cómo hemos cambiado y qué poco nos hemos dado cuenta.

Contar en casa está bien. Luego te da para tomarte algo, relajado, cerca de casa, y volver disfrutando de la noche y recompartiendo lo recién compartido con quien más cerca tengo. Un lujo. Ojalá haya suerte, de la buena, y poco a poco, comiencen a abrirse las oportunidades y trabajar también a menos de 200 kilómetros de la casa de uno.

Luna de agosto

En teoría es hoy. Pero anoche estaba esplendorosa. Cuelgo aquí una foto hecha con una cámara adosada a un telescopio al que pienso dedicarle tiempo este verano para ir aprendiendo a mirar ese cielo cada día más iluminado desde la tierra. 

Quedan tantas noches para mirarla. Tantas cenas celebrando su luz. Tantas búsquedas de constelaciones aprovechando su ausencia. Queda tanto por disfrutar, tanto por descubrir, tanto por celebrar, tanto por compartir.

Las noches del verano son para eso: PARA VIVIRLAS

Mi abuela lo decía: Hay que tener amigos hasta en el infierno

Para dos "escaloncitos" que quedaban, va y le ponen una rampa. Eso sí que es eliminación de barreras.

El juez señalado por Camps como más que amigo le salvó del banquillo

Las deliberaciones provocaron un agrio enfrentamiento entre los magistrados



A mí no me molestan ni los trajes, ni los bolsos, ni los viajes... Como si le regalan una isla y se va para allá con sus am-igotes. Lo que me revienta son esos 4.150.000 € de los valencianos y valencianas que se ha agenciado Orange Market en dos años y medio por unos "eventos culturales" que ni han llevado la cultura a la calle, ni han llenado la calle de cuadros, danza, música ni libros. Ni siquiera han llenado las bibliotecas.

Lástima que el dinero de cultura llene bolsillos en vez de cerebros y almas. Lástima que la clase política actual, sea de izquierdas o de derechas se preocupe tan poco por el pueblo al que representa y gracias al que están donde están. Así se les agujeren los bolsillos a ellos y a dos generaciones más, mientras no crean en un cambio social a beneficio de todos, todos, no solo de sus amigos.

Vano concepto de amistad. Vano concepto de justicia. Vano concepto de política.


Dos sin sentidos y una conclusión


Aún en miércoles, pongo remedio a mi perita lunera.

Exiguo es una palabra que apareció de repente en dos libros que ando leyendo, no a la vez, pero alternativamente.


exiguo, gua.

(Del lat. exigŭus).

1. adj. Insuficiente, escaso.


Se me ocurren muchos ejemplos donde utilizarla en la actualidad que nos rodea, pero... también hay mucha abundancia de otras cosas que prefiero no mentar.


¡Salud abundante!

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