perita: TORTICERA


Leo en prensa que:

"Los proveedores que perdonen deuda a la Administración cobrarán antes

Cobrar menos para cobrar antes. Esa parece ser la oferta que hace el Gobierno a empresas y profesionales autónomos asfixiados por la crisis, que esperan desde hace meses o años a que los Ayuntamientos paguen lo que les deben. “El descuento ofertado sobre el importe principal de la obligación pendiente” y “la antigüedad de la factura” son los dos únicos criterios para dar prioridad a los cobros a los que se hizo referencia tras el Consejo de Ministros celebrado el viernes, aunque faltan por conocer todos los detalles concretos del plan."

O sea que, tener preferencia para cobrar una factura de 2007, sin ningún tipo de derecho a interés por la demora de cobro de cinco años de un trabajo realizado en una época de no crisis, tengo que hacer un descuento. Un descuento al margen del tiempo y dinero (llamadas, fax, cartas certificadas) invertidos ya en la reclamación de esa factura. Un descuento al margen de haber pagado el iva correspondiente en aquel ejercicio y no haber cobrado el irpf de aquella factura que declaré en su día por no incurrir en delito. Un descuento a las mismas entidades que al ciudadano que se retrasa en el pago de cualquier tasa, le crujen a recargos por demora, incluso las tasas que no acabo de entender (en mi caso el contenedor de basura más próximo está a dos kilómetros y la farola pública más próxima a siete y por ello pago basuras y alumbrado público). Un descuento al margen de las llamadas, correos, faxes y tiempo que voy a invertir ahora para cerciorarme de que mis facturas estén en el listado que cada uno de los ayuntamientos que me deben dinero, deben mandar antes del quince de marzo. Un descuento al margen del tiempo que dedicaré a comprobar que mis facturas estén dentro de esos listados y, si no, reclamar. Un descuento a pesar del proceso de reclamación: entenderlo, llevarlo a cabo, aguantar las dudas incluso de que yo haya ido al municipio a realizar mi trabajo y otros comentarios menos vergonzantes pero igual de cabreadores. Un descuento sobre unos importes que, en ocasiones, no superan un almuerzo del grupo político. 

Para cobrar mi trabajo cinco años más tarde, o cuatro, o tres, o dos, o uno, con un precio ya ajustado para poder trabajar, tengo que pujar a la baja sobre mi salario contra mis compañeros adeudados.

En un mundo desorbitado, se promueve la competencia sin escrúpulos incluso a la hora de cobrar las deudas. 

Suma y sigue. La banca gana. Política torticera.


torticero, ra.

(Del lat. tortus, torcido, tuerto).

1. adj. Injusto, o que no se arregla a las leyes o a la razón.
 V.


Revisar facturas de hace cinco años es como revisar un álbum de fotos de la adolescencia. Menos mal que por lo vivido entonces, lo que da el oficio, aún encima se esbozan sonrisas por los adentros.

Feliz semana nostálgica.

Dudas razonables

Los límites de la democracia


La democracia tiene sus límites.
Unos los legisla la constitución, otros se aprenden en la calle, a porrazos.

La democracia funciona así: donde no llega la palabra, el cerebro, el oído... llega la porra. La porra que obedece, la que no piensa, la que no respeta. Y llega como una extensión del humano, pero la porra no es humana. Y llega sobre todo a las personas que no son buenas. 

Pero, ¿qué es ser buena persona? 
Hacer y decir lo que se ha estipulado que se debe hacer y decir. 
Comportarse bien.
No salirse de la fila.

Los que se salen de la fila son alborotadores, violentos; enemigos.

Y digo yo ¿Y si rompemos filas?

Perita: BISBISAR

En voz baja se cuentan los secretos.
En voz baja se dan las caricias.
En voz baja llegan buenas y malas noticias.
En voz baja se promulgan los vetos.

Se musitan amores, dudas, sueños,
olvidos, regalos, miedos,
poemas, recetas, besos.

¡Anda!, ¡mira!, Eso.

Acércate un poco
y bisbísame un beso.


bisbisar.

(De bisbís).

1. tr. coloq. musitar.



Feliz semana.


Corto: LA EXTRAÑA


Estoy tan contento que tengo todos los requetendunlacotulios de punta.

Hoy se ha estrenado un corto que la gente de Jv Producciones ha hecho a partir de un cuento mío.
LA EXTRAÑA, un cuento del libro 101 pulgas, de la ed. Palabras del Candil, escrito junto a Paula Carballeira, Pepe Maestro, Pep Bruno y Pablo Albo.

El corto tiene detalles íntimos y geniales. Ojalá os guste.

Felicidades a Javi, a Bea, a Carmen y al resto del equipo que ha participado en el corto.

Felicidades y gracias.


Perita: TIMORATO

Es curioso el revuelo que ha levantado gobierno, ofendido, ante la actitud de un programa francés sobre el deporte español y no titubee ni sienta pudor alguno por la reforma laboral que plantea, por la actitud frente a los profesionales de la enseñanza, sanidad y cultura públicas. 

Estas últimas sí deberían ser cuestiones de estado.

Deben andar buscando un alfiler entre tanta paja, mientras un expresidente (que hace guiños públicos a su dios) alardea de instigar a la creación de una universidad en una comunidad autónoma que él mismo (recién doctorado en derecho) ha arruinado y se mofa del libre derecho de llamarle, por ello, sinvergüenza; mientras desequilibran de manera insultante la ya ténue protección que tenía la clase trabajadora frente a la que llaman patronal; mientras mercadean con las viviendas que arrebatan a familias desahuciadas a la calle y condenadas a una marginación funcional; mientras siguen exhibiendo sus sonrisas insanas y tensas; mientras desmantelan un estado construido por el esfuerzo cotidiano de nuestra historia.

Tienen suerte porque además, ante tanta presión, hay gente que para protestar plantea y ejecuta acciones que confunden, que parecen diseñadas por los que ahora gobiernan, como la de no celebrar en los centros educativos, y en algunos casos hasta como ya lo hiciera el dictador prohibir, el carnaval.

El carnaval siempre fue subversivo y formaba parte de esa pequeña revolución simbólica ante el poder establecido que le quedaba al pueblo. Fuera la derecha, la iglesia, ambas o incluso la izquierda.

Ahora, ese poder, con el significado de aplastante que posee, anda colocando sus posaderas con fuerza brutal, atacando por todos los bandos, tantos que uno anda desconcertado. Mientras, la calle espera. La calle espera.

La cuerda se tensa y cada vez son quienes que están en el camino de abandonar la timidez, la indecisión, el encogimiento, son más quienes ni tienen, ni comparten, ni acatan su moral convencional. Cada vez son más las personas que no tienen temor a dios, sea este cuál sea.

La cuerda se tensa y la calle espera.



timorato, ta.

(Del lat. timorātus).

1. adj. Tímido, indeciso, encogido.

2. adj. Dicho de una persona: Que se escandaliza con exageración de cosas que no le parecen conformes a la moral convencional.

3. adj. Que tiene temor de Dios, y se gobierna por él en sus operaciones.



Esta semana, dice la meteorología, que subirán las temperaturas en todo el país.

Quizá lo social y lo medioambiental vuelvan a estar sorprendentemente conectados.

Ojalá llegue pronto la primavera. Feliz semana.

Seguimos sumando.


Cada vez son más las voces críticas contra algunas de las medidas tomadas por muchos claustros de maestros de la Comunidad Valenciana para una pretendida presión hacia Consellería.

Algunas de esas voces disconformes caen en la fácil descalificación de la profesión docente con un discurso tan manido como falso. Otras optan por negar el apoyo a sus reivindicaciones que son lógicas y que, sin dudarlo, nos afectan a todos. Todas estas acaban dividiendo.

Otras van más allá, llegan a la reflexión, pretendiendo sin dejar de movilizarse, cambiar hacia donde apunta el cañón.

La entrada del blog que enlazo merece ser leída. Es la voz de un maestro, es la reflexión, la crítica y la propuesta de un maestro. No es la única, hay más, pero se oyen menos que las otras... de momento.

Yo, sigo sumando, y pensando en acciones que aúnan, que sumen, que hagan la voz más fuerte contra este atajo de bandoleros con traje y sin escrúpulos que nos andan gobernando y hacen una política que no tiene nada que ver ni con, ni para el pueblo.

Creo que merece que le dediques un minuto y, si quieres, comentamos.


Tratado sobre la puntería o de cómo protestar por los recortes

De un tiempo a esta parte se viene fraguando en las salas de profesores de colegios e institutos valencianos todo un movimiento asambleario. La causa no es la degradación que, desde el gobierno del PSOE -y parece que continuará con el PP-, está sufriendo la educación en cuanto servicio. Hemos visto perder profesores otras veces, hemos visto aparecer y desaparecer asignaturas banales, hemos sufrido las ocurrencias de una buena porción de consejeros, pedagogos, expertos, ministros y ministrillos. Hemos visto bajar el nivel hasta el tercermundismo y derrochar el dinero en material inútil o directamente inservible. Hemos asistido mudos a cursos de formación deplorables, y lo sabíamos, pero a muchos incluso les convenía (qué cómodos aquellos cursos on-line, tancool como vacíos). No hubo jamas protestas. O las hubo minoritarias. Quien se dirige ahora a ustedes participó en algunas.
Afortunadamente algo ha cambiado. Ahora se protesta por todo eso, ahora se airean las cuentas de los colegios e institutos en fabulosos rankings de impagados. Ahora se les dice a los padres que sus hijos no reciben una buena educación. Ahora, por fin, nos ponemos camisetas, pancartas y, por poner, hasta ponemos el grito en el cielo. ¿Qué ha cambiado? Lo que ha cambiado todo el mundo lo sabe: los funcionarios de carrera hemos visto reducirse nuestros sexenios a la mitad y los interinos cesarán en junio, y ya veremos cuántos trabajan el próximo curso, si es que trabaja alguno.
Como tengo la costumbre de comer de mi sueldo y quisiera seguir pagando religiosamente mi hipoteca, no puedo sino indignarme ante esta bajada de sueldo (y llueve sobre mojado. Zapatero, no te olvidamos) y esta amenaza a mis compañeros interinos. Yo me sumo a todas las protestas contra este ataque y, precisamente porque tengo gran interés en que surtan el efecto deseado, considero que hay que plantearlas bien. Esta es mi personal postura (que ni siquiera representa necesariamente la opinión de cuantos escriben en este blog):
  1. No podemos pretender que padres y alumnos protesten porque a nosotros nos han bajado el sueldo. La única forma de hacer a padres y alumnos cómplices de nuestra movilización es minimizando el tema del sueldo y maximizando todo lo demás hasta llegar, como creo que se ha llegado en algún caso, a la manipulación pura y dura. Así lo que conseguiremos es que nuestra reivindicación estrictamente laboral se disuelva en aguachirle pedagógico. Pagarán a sus centros el dinero que les deben para fotocopias, calefacción y papel del culo, pero para eso mandarán a la calle a 3.000 interinos que ahora se manifiestan porque hace frío en clase. Y no nos devolverán el sexenio ni el trabajo a quien lo pierda. Las protestas por el lamentable estado de la educación son una cosa, y las protestas por un salario digno son otra. Que cada palo aguante su vela: que se manifiesten los padres y alumnos por la mediocre educación que se imparte, yo iré a esa manifestación en calidad de ciudadano y de profesor interesado por la calidad de la educación. Pero debe haber otra movilización a la que hemos de acudir comotrabajadores que han sido humillados, engañados y maltratados, y esa guerra es sólo nuestra.
  2. No podemos usar las actividades extraescolares como medida de presión. La realización de actividades extraescolares era algo voluntario. Nadie cobró jamás una miserable hora extra por hacerlas. Probablemente jamás debimos hacer ni una actividad extraescolar en esas condiciones, como ningún otro trabajador hace una hora extra sin cobrar (y si la hace, eso tiene un nombre…). Si nos bajan el sueldo no podemos protestar dejando de hacer algo por lo que no nos pagaban. El Jefe (Conselleria) dirá ‘muy bien, que no las hagan, con su pan se lo coman’. Y vaya que si nos lo comeremos. Los afectados se darán cuenta de que si las actividades se realizaban por nuestra pura y santa voluntad, se dejan de hacer por lo mismo. Nos harán a nosotros responsables, no a Conselleria. Y ¿qué se creen? ¿se despertará una buena mañana alguien en Conselleria y pensará “vaya, no hacen actividades extraescolares… voy a devolverles el sueldo”? De eso nada. Antes nos obligarán a hacerlas (después de todo están en nuestras programaciones) y cobrando menos.
  3. Seamos valientes. Detrás de todas esas ‘medidas’ hay una peligrosa falacia. Se nos dice que si hacemos huelga perdemos dinero, se lo ahorra Conselleria y no nos hacen caso. Para evitar esos males se nos propone dejar de hacer actividades extraescolares para perjudicar a autobuses, parques temáticos, museos, compañías de teatro, etc. y ¡que protesten ellos! Se nos propone no usar libro de texto, para fastidiar a editoriales y librerías, y ¡qué protesten ellos! Se nos propone, en definitiva, perjudicar a cuantos negocios se nutran de un modo u otro de la educación para que protesten ellos sin que a nosotros nos cueste un duro. La verdad es que, cuando veo casos como el de los policías (funcionarios) que hace unos días dieron la vida en acto de servicio por salvar a un borrachome avergüenzo de pertenecer a un gremio capaz de las mezquindades que se nos proponen: perjudicar a familias, a trabajadores como nosotros, mandarlos al paro, si puede ser, para que nos hagan el trabajo sucio y recuperar nuestro sexenio.  Señores, quien nos atacó fue el Gobierno del PSOE, y quien nos ataca ahora es la Conselleria de educación de la Comunidad Valenciana, a manos del ya ubicuo PP. Atacando a la sociedad están demostrando una pésima puntería: les saldrá a ustedes (nos saldrá) el tiro por la culata: la sociedad se defenderá, y como quien la ataca no es Conselleria, sino nosotros, se defenderá de nosotros. Y ahí perdemos fijo. Pero fijo.Hay que presentar batalla con nobleza a quien hasta ahora nos ha atacado. Y sólo hay una forma legalla huelga. O sea, dejar de hacer lo que nos pagan por hacer.
  4. En cuanto se menciona la huelga decenas de pares de ojos miran para otro lado. Si se convoca una huelga -me dicen- no irá nadie. Pues entonces -contesto- es que no nos han hecho bastante daño. Si realmente nos han agraviado, y yo creo que sí, hay que ir a la huelga. Los gremios que han conseguido algo lo han conseguido con huelgas. Y nosotros mismos, en educación, cuando hemos conseguido algo, no lo hemos conseguido con pancartas, camisetas, chapas y más merchandising, lo hemos conseguido con huelgas. Pero para que la huelga funcione no puede confundirse con un puente. La huelga tiene que molestar, de lo contrario no es ninguna medida de presión, sino sólo una forma de hacer el ridículo.
  5. Propongo una serie de 3+1 periodos de huelga, con sus servicios mínimos y todo,of course. El primer periodo sería para las evaluaciones de este segundo trimestre. El segundo para las evaluaciones de junio y el tercer periodo de huelga para los exámenes y evaluaciones de septiembre. El bonus track es una huelga para las evaluaciones de 2º de Bachillerato y la selectividad. Una huelga nuestra sólo supondrá una medida de presión contra la administración si paralizamos las evaluaciones. Esa es nuestra Semana Santa. Los alumnos no resultarán perjudicados en cuanto a su educación porque durante las evaluaciones raramente se avanza materia. Dado que los alumnos tienen el derecho de ser evaluados y, especialmente los de segundo de bachiller, de ir a selectividad y ser examinados, la administración tendrá que garantizar ese derecho. Pero como nosotros también tenemos derecho a la huelga, el problema de la evaluación no es nuestro, sino de la administración. No pueden los alumnos ni los padres culparnos por ejercer lo que es nuestro derecho, pero sí pueden exigir a la administración el suyo a ser evaluados. Esa es una medida de presión hacia la administración, que es de lo que se trata, y no hacia la sociedad, que bastante tiene, la pobre, con lo que tiene.

Hay cosas que uno solo puede hacer en casa o en lugares de confianza. De mucha confianza.

Para esas situaciones gozosas, también hay palabras... palabras para todo y, de momento, gratis.


 arrellanarse.

(De rellano).

1. prnl. Ensancharse y extenderse en el asiento con toda comodidad.

2. prnl. Encontrarse a gusto en un lugar o empleo.



Lamentablemente la segunda acepción está perdiendo vigencia y posibilidades de uso.

Vientos del norte soplan con fuerza.

Feliz semana.

Carta del banco

Me llega una carta del banco. Una carta de una cuenta que hace mucho que no utilizo. ¿Qué deberé? ¿qué no deberé?

Soy un mal pensado, lo reconozco. Pero esta vez el banco me sorprende.

Me ingresan el dieciséis de enero dos facturas del año 2008. Olé.

No sé si escribir a la secretaría del ayuntamiento y darle las gracias por su buen trabajo.

Los lunes, en vez de irme al sol, me dedico a llamar a los ayuntamientos que me deben dinero desde... el 2007. Las facturas del 2006 las he dado por perdidas.

Hay personas que al otro lado del teléfono no saben dónde meterse ni cómo decirme que no saben qué decirme.

Hay otras que parece que el ayuntamiento sea suyo y lo defienden con argumentos que van desde el "es que no hay dinero" (que yo respondo, sí, hoy, pero ¿¿en el 2007...??) al irónico sin gracia de "piense que es una manera de ahorrar". Otros ofendidos dicen "a mí la administración también me debe tantos mil euros".

Algunas me dan largas con un llame más tarde, mándeme de nuevo la factura, llame la semana que viene, tiene suerte su factura está en el montón de las que se van a pagar pero no sabemos cuándo, o el irritante ¿pero es verdad que estuvo aquí contando cuentos?.

Los lunes, quizá pronto los pase al sol, pero mientras siga teniendo para pagar el teléfono y pueda pagar también las comisiones de mantenimiento de las cuentas del banco, dedicaré un ratito a reclamar lo que es mío, lo que trabajé hace tiempo, adelantando en aquel día el gasoil para llegar, la comida que comí y el lugar donde dormí fuera de casa y los libros que compré para no quedarme sin historias que contar. Y el tiempo. Mi tiempo, lejos de los míos.

Y si me cortan el teléfono montaré un comando de cobros, pero sin pasamontañas ni disfraces de fraile, mariachi o frac. Iré de autónomo, a cara descubierta. Sin vergüenza porque yo no he hecho más que mi trabajo, y lo mejor que sé y he podido, como siempre, aunque no vaya vestido con traje, como mucho sinvergüenza.

Hoy he cobrado y en vez de indignarme porque es de algo que hace cuatro años que trabajé, va y me pongo contento.

Mira que soy rarito, leñe. Y siempre busco cualquier excusa para sonreír.

Feliz viernes, frío, pero viernes.

En nuestra Biblioteca de los Elefantes... esta semana un libro genial:


escribe Luisa Fontán
ilustra Carmen Segovia
edita Los Cuatro Azules en el 2011

comenta Félix Albo

Los Cuatro Azules lanza una colección enfocada para la edad de ocho años. Cuentahílos se llama. Nos sorprende para ello con este título de tapa blanda: Los Bichos Bola.

Con el libro en las manos, llama la atención su contracubierta, en fucsia, con el título de la colección en un tímido rosa y una breve sinopsis en blanco. La portada, la tenéis ilustrando esta nota. Estos son los colores que se van a manejar dentro en unas ilustraciones geniales que mantienen el tempo constante y nada alborotado del texto.

Sin embargo, a pesar de ser un libro que podríamos definir como discreto, genera en la persona que lo lee una conexión con el universo íntimo que cada uno llevamos dentro. La historia nos habla de dos hermanos, en voz de la menor. En una tarde de otoño, mientras la familia duerme, ellos deciden deslizarse al bosque, cada uno con sus objetos fetiche, respondiendo a su edad: el mayor su navaja suiza, la menor su bote de bichos bola.

El texto, como muestra, comienza así:


El otoño iba y venía. Por entonces las clases comenzaban a primeros de octubre. Los viernes íbamos al campo, ese lugar de mi memoria que huele a leña de encina y se tapiza con el color parduzco de los saltamontes viejos.


Y a partir de aquí, la historia se desarrolla de este modo sutil, cabalgando con habilidad entre la nostalgia y la infancia. De manera sigilosa se precipita hasta nuestros más profundos recovecos, generando, a partir de las sensaciones un desboque de los recuerdos íntimos, los secretos, los símbolos, los ritmos, los momentos, instantes importantes de nuestra trayectoria en el crecimiento. Hechos que van cambiando la mirada de niños con la que todos nacemos.

La autora, consigue ubicarnos más allá de la empatía, con la voz que nos narra. Quizá porque esa voz es ya adulta y desnuda ante nosotros los lectores un secreto con su hermano. Un pacto de la infancia, etapa en la que se pacta y cree como nunca. Nos cuenta, confidente, el hecho que acaeció aquella tarde de otoño en el que su hermano mayor y ella se introdujeron en el bosque. Solo diré que la arrogancia inicial del mayor y la admiración por este de aquella pequeña encuentran su justo equilibrio provocando una mirada de igual a igual a partir de la visita fortuita de un zorro.

Un bote de bichos bola, una navaja suiza, un bosque, una tarde de sol mortecino y unos instantes de valentía son sobradamente suficientes como para dejar una marca profunda en la memoria de una persona. La que nos cuenta.

Este libro nos lleva a buscar, evocar, reconocer nuestras propias marcas y degustar con nostalgia nuestros secretos.

Un texto hábil que se sabe deslizar sin hacer ruído, provocando reminiscencias personales que el tiempo va guardando. Unas ilustraciones suaves, a ráfagas que enfocan detalles matizando aún más el ambiente generado por el texto. Una edición limpia, sobre un papel sin brillos ni artificios porque no los necesita.

Un libro para leer y compartir, quizá, con menores mayores. Un libro de esos que nos gustan en la Biblioteca de los Elefantes, para leer, conversar y dejarse llevar.

¿Lo conoces?
¿En qué ambiente se ubican tus recuerdos más significativos de la infancia?

Feliz lectura. Feliz semana.

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