Esta tarde, a las 19.00 horas, en Alicante, en el barrio de San Gabriel, justo en la calle que separa al barrio de la urbanización El Palmeral, en un espacio de Atención Temprana llamado MONDALUA, compartiré una charla sobre libros, contar en casa y presentaré el PIPIRIPAO, con la intención de arrancar en enero.

Si te apetece pasar...

Si quieres saber más de esta actividad que puedo llevar donde tú estés junto a 7 u 11 personas más, pásate por este enlace o pregunta en pipiripao@bibliotecadeloselefantes.com

AGENDA DE DICIEMBRE


#lunesdeperita
Cada semana una palabra rara, de poco uso, escondida, tímida, maravillosa... Y en torno a ella, una historia. Una historia que puedes leer en menos de cinco minutos y que, alguna te pellizcará, te hará pensar, estremecerte, recordar o soñar. ¿Quién sabe?
No te pierdas las peritas.
No te quedes sin #lunesdeperita.

 


Y en NAVIDAD...
¿QUIERES REGALAR LIBROS?
En la tienda de la  BIBLIOTECA DE LOS ELEFANTES, tienes muchas sugerencias.
Corre, échale un vistazo y busca el que más te guste. 
ADEMÁS te los llevamos A LA PUERTA DE TU CASA.
Corre.

Solo libros para para 
D I S F R U T A R.

NAVIDAZ

La historia como nunca te la han contado.
Un espectáculo desternillante, desmadrado y juguetón.
Si estás cerca de MONÓVAR el 19,
NO TE LO PIERDAS

APALABRARTE ABONICO

Cada domingo, sobre las 12.30 h., en el programa A vivir que son dos días, regional, hago una pequeña intervención llamada
ApalabrArte Abonico.
Puedes escucharlo Onlinepinchando aquí, y seleccionando Murcia, Radio Murcia.
Cada domingo.
A las 12.30 h.
ApalabrArte Abonico.

DICIEMBRE de palabra
Ya está aquí el frío. ¡Madre! y ha llegado para quedarse un ratito (como toca) en nuestras calles.
Acabamos con este mes un año que, para qué lo vamos a negar, ha sido duro para la cultura en general y para la gente que vivimos de ella, y la educación, los teatros y el espectáculo. No ha sido fácil sobrevivir y parece que el 2014 no van a sembrar orégano.

Aún así, seguimos empeñados en hacer pasar muy buenos ratos a quienes acuden a nuestras actuaciones a escuchar, dejarse llevar, emocionarse y reír. Por eso, a pesar de tener el viento, el IVA y un montón de cosas más en contra, sigo trabajando para ofrecer cada vez mejores espectáculos donde la palabra y la emoción de la mano del humor, son los protagonistas.

Este mes promociono en la cabecera una actividad para el 2014: el PIPIRIPAO, un taller para padres y madres y también maestros y maestras que poseen el convencimiento de que cuando el libro, la lectura, se convierte en algo cotidiano en el hogar o en el aula, todo se transforma (y a mejor). Y si no tienen el convencimiento, por lo menos quieren probar. Una actividad para grupos de 8/12 personas, que solo requiere dos horas presenciales al mes, acceso a un correo electrónico y muchas muchas ganas de compartir con los nuestros muy buenos ratos alrededor de muy buenos libros. Y no solo leyendo: jugar, charlar, dibujar, cocinar, crear... Vivir, al fin y al cabo, alrededor de buenos libros. Ese es el objetivo del PIPIRIPAO. ¿Te animas? Busca siete, o hasta once personas más de entre tu gente o haz la propuesta a tu Biblioteca o en tu AMPA. Escribís a pipiripao@bibliotecadeloselefantes.com, os cuento y charlamos.

Este jueves lo presento detenidamente en Alicante, por si te pilla cerca.

Pero y de Colombia, ¿no cuento nada? Pues al final un cambio presupuestario de última hora (y digo última) dio al traste con el viaje y me quedé en casita.

¿Y el resto del mes? Pues aquí está. Poco, porque tenía los primeros diez días a miles de kilómetros de casa. Poco pero bueno bueno mejor. De hecho hay un espectáculo hago en muy pocas ocasiones, por su carácter navideño. Es en Monóvar, el 19 y es... más que madre, desmadre. El cartel lo tienes a la izquierda... sí, el de la bola.

Aquí te informo de todo con la intención de que podamos juntarnos y pasarlo bien con la palabra hecha emoción. Y si no te pilla cerca, ya sabes, trata de ponerme en contacto con el programador cultural, o de la Biblioteca, o el Teatro, o el Dpto. de Literatura de tu IES, o alguna asociación o... con la concejalía de Cultura, Educación, Juventud, o con Alcaldía directamente, que tratamos de llegar a un apaño.

Gracias por seguir escuchando historias.


ALICANTE
jue. 12  ALICANTE
19.00 h. PIPIRIPAO (ad.) Presentación de la actividad y charla sobre álbumes ilustrados en MONDALUA Barrio de San Gabriel, c/ José de Cabo Palomares, 39
jue. 19  MONÓVAR
21.30 h. NAVIDAZ (ad.) En el Salón de Actos de la BIBLIOTECA PÚBLICA. 2€ la entrada para este desternillante espectáculo sobre estas desternillantes fiestas.
ALMERÍA
dom. 15 SERÓN
16.30 h. CUENTOS DE BOLSILLO (ad.) Clausura de la Muestra de Teatro del Valle del Amanzora. En la CASA DE CULTURA.
MADRID
vie. 13  FUENLABRADA
18.00 h. MONSTRUYENDO (fam.) BIBLIOTECA PÚBLICA Tomás y Valiente, c/ Leganés 51.
ALBACETE
sáb. 28  MUNERA
22.30 h. LAS CUATRO ESQUINAS (ad.) en el AUDITORIO MUNICIPAL. Entrada Gratuita (y no es broma). Si no has escuchado este espectáculo esta es tu oportunidad.

ÁVILA
dom. 29  ÁVILA en el III FESTIVAL ÁVILA DE CUENTO
21.00 h. SIEMBRA DE CUENTOS (ad.) Colectiva con varios narradores en AUDITORIO DE SAN FRANCISCO
23.00 h. SESIÓN GOLFA (ad.) Colectiva con varios narradores en BABEL

lun. 30  ÁVILA en el III FESTIVAL ÁVILA DE CUENTO
17.30 h. CUENTOS DE CUENTOS (ad.) para la familia en AUDITORIO DE SAN FRANCISCO
21.00 h. PESPUNTES (ad.) divertida y emocionante en AUDITORIO DE SAN FRANCISCO
¿Y enero? en enero vendrá CON CIERTO SEXO a la península. Andaremos de preestreno en Alicante, y de estreno en Monóvar y luego a miña terra galega, en A Coruña y Narón. Y también andaré por Madrid y Toledo.
Pero ¿Y de este mes?¿Te pilla cerca alguna? ¿Y a alguien a quien quieres?
Puede haber cambios así que pásate por el blog, el facebook o el twitter.

Y cada lunes, un #lunesdeperita en el blog, y en el twitter, y en el face. Y cada domingo en la ser de Murcia que puedes escuchar online, y cada semana una reseña de un álbum ilustrado en la Biblio de los elefantes (punto com). Aprovecha y regala libros. Regalar libros es regalar puertas y ratos largos e inesperados de placer, emociones y palabras.
Y la luna. No te la pierdas el 17 que es la última del 2013.

Y hoy es 11 del 12 del trece, así que aprovecha y baila.
Y, sobre todo, no te olvides de disfrutar como si fuera a acabarse el mundo, o por lo menos el año, y te queda poco, poquito tiempo para abrazar a quien más quieres y leer ese libro y hacer todas esas cosas que de este año no pueden pasar.

ABRAZOS A CAPAZOS y FELIZ, FELICES TODOS Y CADA UNO DE LOS DÍAS QUE ESTÁN POR VENIR, QUE TIENES POR VIVIR.

P.D.: saludo a los del CNI y sus colegas estadounidenses que nos estarán leyendo con gorro de papá noël que son unos guasones.

Si quieres recibir esta programación en tu correo, escribe a felix.albo@gmail.com y ya está.

#lunesdeperita JIPIAR

JIPIAR (de la onomat. jip, jip, del gemido)

1. intr. Hipar, gemir, gimotear.
2. intr. Cantar con voz semejante a un gemido.
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UN CAFÉ. - Félix Albo

Entró a la cafetería con una bolsa de viaje. Una bolsa grande y a simple vista pesada.

Esperó a que hubiera sitio en la barra mientras perdía la mirada entre las vitrinas del mostrador, los estantes de las bebidas y las lámparas del local. Parecía mirar sin ver.

Se sentó con algo de torpeza en el taburete que acaba de dejar libre y caliente un señor con sombrero.

- Un café, por favor.
- ¿Sólo? -le preguntó el camarero.

Rompió a llorar. El camarero se dio cuenta al dejarle la taza con el plato y el azucarillo delante de su nariz húmeda de lágrimas.

Cogió la cucharilla y comenzó a removerla dentro de la taza mientras apoyaba su barbilla sobre su mano que hacía de capitel de su columna-brazo sobre la base-codo asentado en la barra. Gimoteaba mientras alguna lágrima caía dentro de la taza. Y así estuvo hasta que el camarero le interrumpió:

- Se le habrá enfriado.
- Póngame otro, por favor -le dijo sin mirar.

Sobre el segundo repitió la misma operación. La cucharilla parecía bailar por sí misma dentro de la taza, moviendo regularmente el café que según pasaba el tiempo dejaba de estar humeante.

- Otro más.

Y luego un cuarto.

Más de tres horas después, según caía la tarde, pidió la cuenta. Miró sus cafés y sonrió.
Cuatro cafés puestos en fila, fríos, sin probar ninguno, pero removidos con el mismo movimiento acuático de su muñeca, rítmico, constante, frágil, taciturno, con aplomo y triste.

El camarero fue a recogerlos a la vez que le dio el cambio. Miró los cafés y se quedó sorprendido al ver que en la espuma, en la crema de cada uno de ellos, había dibujado un corazón. Eran prácticamente iguales.

- Póker de corazones -le dijo sonriente y elevando la voz-. Hoy es su día de suerte.

- Vaya usted a saber de qué tipo de suerte hablamos -le respondió saliendo por la puerta-, vaya usted a saber.
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A veces la historia queda dentro de la propia historia. ¡Quién sabe!.

Feliz semana. Abrazos a capazos.


INSUAVE   (Del latín insuāvis)

1. adj. p. us. Desapacible a los sentidos, o que causa sensación áspera y desagradable.

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Qué sé yo si será la bruma del otoño, o los vientos que soplan fríos del norte, o quizá el tiempo que paso en la noche pegadito al crepitar del fuego donde la madera que no arde y sujeta la cumbre de la casa también cruje, 

Qué sé yo, pero a veces me rondan historias inquietantes que luego no dejan sitio al sueño que tiene ganas de acomodarse en mí pero no encuentra dónde.

Qué sé yo, pero el cuento de esta semana es como sigue.


SE VENDE. -félix albo-

No debe ser agradable levantar una tabla del suelo de tu casa y encontrar un brazo, un brazo pequeño en perfecto estado de conservación. Completo, rígido en su codo; con su manita al final; con sus cinco dedos en los que aún se identifican sin esfuerzo sus pequeñas uñas.

Mucho menos agradable debe ser, comenzar a levantar el resto de las tablas del suelo del salón y encontrarse más brazos, y piernas, derechas e izquierdas, y también torsos desnudos, todos de pequeño tamaño, como de hombre diminuto, enano o niño.

El asombro tiene que ser aún mayor al encontrar más de veinte cabezas proporcionadas al resto, estas sí, sin ojos, algunas sin nariz ni orejas, pero con una rígida mueca en el rostro que muestran sin tregua una emoción concreta: algunas son tiernas, otras provocan pavor y un par de ellas, aunque parezca asombroso, una sonrisa.

Peor aún es encontrarse en un rincón del bajo fondo de la antigua tarima de haya, una caja cerrada con un candado también pequeño. Al abrirla sin dificultad, la caja se muestra llena de ojos. Ojos tan pequeños como expresivos. Ojos que encajan a la perfección en los agujeros que poseen las cabezas.

Con tiempo, el padre y el hijo se pasan la mañana tratando de componer aquellos cuerpos silenciosamente. Estos brazos en aquel torso con aquella pierna de allí y aquella otra. Y aquel otro con aquella cabeza.

Al medio día, en otro rincón que quedaba tapado por el montón de tablas, encuentran un saco de arpillera llena de pelo. Mechones de pelo rubio sol, negro noche, o gris silencio. Y también una pequeña maleta de cartón sin cierre, llena de ropa.

Por la tarde tienen terminados dieciséis cuerpos y les quedan trabajo y trozos como para cuatro más. Los han encajado y vestido. Les han puesto el pelo y, como han podido, los ojos. Los han colocado tumbados, boca arriba, sobre las tablas recolocadas de la tarima, en el centro del desordenado salón.

La escena en dantesca, tanto, que la madre, al entrar ya en el atardecer del día, no puede evitar dar un grito de espanto. Y es que están tan bien hechos, que a simple vista no parecen ser de madera. Suerte que el padre ya sabía que el primer dueño de aquella antigua casa fue un famoso titiritero y por eso, desde el principio, le pareció un juego trepidante para disfrutar con el niño.

Antes de cenar, entre los tres, ya están repartiendo los veinte cuerpecitos correctamente vestidos por la casa en la que llevan viviendo cinco años.

Lo que no sabían, ni el padre, ni la madre, ni el niño, es que aquellos títeres, ahora que estaban completos, solo necesitaban de la oscuridad y el silencio para recobrar la vida.

Aquella fue la séptima familia en cien años, de la que no se volvió a saber nunca más.
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¿Ves? ¿Crees que es como para preocuparme?

La semana pasada, el #lunesdeperita se compartió 21 veces en facebook. A ver si esta corremos esa suerte.

Feliz semana.

Abrazos a capazos.




#lunesdeperita HOSCO

HOSCO, HOSCA
(Del lat. fuscus, oscuro)

1. adj. Dicho del color moreno: Muy oscuro, como suele ser el de los indios y mulatos.
2. adj. Ceñudo, áspero e intratable.
3. adj. Dicho del tiempo, de un lugar o de un ambiente: Poco acogedor, desagradable, amenazador.
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Huele a rancio. A veces, uno se levanta y el mundo huele a rancio. No sé si tienen que ver los sueños, o las noticias, o el rumor de los vecinos y los taxistas, pero hay días en los que ese olor se te mete en las fosas nasales en las que hay hueco para todo tipo de memorias y te invade hasta las entrañas hasta que quedan con ese olor a rancio.

Suerte que vivo en el campo. Suerte que me despierto con dos abrazos. Suerte que cada mañana respiro sonrisas y buenos días. Suerte que respiro.

La rueda no rueda sola. Ya lo dice el abuelo del cuento de esta semana. Quizá solo haya que empujarla para respirar mejor. Quizá solo haya que empujarla para poder respirar. Quién sabe. Os dejo con el cuento.

Feliz semana.


RUEDA LA RUEDA. Félix Albo

Era el lugar que siempre había soñado. El lugar ideal para él y su familia y la verdad es que estaban encantados en aquel pueblecito con mar de no más de mil habitantes. Pero nunca pudo imaginar que aquel destino tan deseado le iba a resultar hosco y algo incómodo hasta tal punto que creyó haberse equivocado.

Pensó que sus vecinos tenían ese carácter por el viento y el olor a sal. Quizá por el frío y el poco sol. Quizá porque ellos eran forasteros. Le dio mil vueltas. Y mil más.

Un día su hijo Mario, en la comida le explicó lo que le habían contado en la escuela.

Cuando cerraron la fábrica de la comarca, el cartero anterior, durante dos años fue haciendo llegar las cartas de despido a las familias. En cada calle eran pocas las casas que se salvaban. En la mayoría cayeron en todas. Cuando acabaron los despidos, solo llegaban facturas, embargos y comunicaciones de los bancos, las financieras y las administraciones... Las cartas solo traían malas noticias.

Ver al cartero era un mal presagio.

Ante los ojos enormes y tristes del padre, el hijo con voz de niño sentenció: dicen que es mejor no verte, papá.

El abuelo de Mario, su suegro, tuvo una idea.

No rueda la rueda solo de mirarla. Para que ruede hay que empujarla -le dijo a Mario una mañana, y se pusieron manos a la obra.

Estuvieron un fin de semana entero ensobrando cartas manuscritas por el abuelo, la madre y el niño, mientras el padre andaba repensando y respirando en el acantilado. 

No era un escrito solo de presentación del cartero y su familia. También llevaba entre las buenas intenciones, una propuesta.

¿Cuánto tiempo hace que no escribes una carta? Si es para alguien del pueblo, te la llevo gratis -decía-. No hace falta que sea una postal, ni un folio si quiera. Prueba con solo unas letras en un trozo de papel rasgado. Prueba a ver qué pasa.

En la primera semana, repartió tres postales y un sobre cerrado en el mismo pueblo. En la segunda más de diez.
En tres meses aumentó el franqueo de correo a otros lugares de la provincia, del país, del mundo. Las del pueblo las repartía sin sellar. Ese era el trato.

Algunos sobres llevaban letras con florituras y también dibujos y cenefas.
En un año, las cartas de los bancos se mezclaban con las que llegaban de muchos lugares.

Había quien andaba pendiente de en qué casa detenía su caminar. Le esperaban sonrientes y había también quien en su inquietud guardaba una ilusión. No eran todas historias apasionadas de amor, no vayan a creer. La mayoría querían ver, mirar, sentir, oler, leer la letra de un nieto, o un amigo emigrado, o un hijo...

No sé -decía una mujer en la tienda-, las leo más despacio, y varias veces, y parece que les siento más cerca, más aquí -se emocionaba tocándose el pecho con ternura.

Al cartero le expedientaron por aceptar y repartir el correo local sin franquear. Lo trasladaron de nuevo al interior con su familia. Vienen solo a veranear y les reciben con fulgurosos abrazos y saludos reconfortantes.

El nuevo se encontró con mucho trabajo de reparto y recogida que, sorprendido aún, hace cada mañana puntual y entusiasmado.

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Y tú, ¿cuanto tiempo hace que no escribes una carta? Quizá por ello hace tanto que no la recibes. ¿Rodamos?

Abrazos a capazos.

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