Perita: REBATIÑA
11 abr 2013
Y como cada semana, perita con cuento.
Cada palabra elegida para hacer los #lunesdeperita es sometida a un proceso de selección concienzudo y estricto. No sirve para perita cualquier palabra. Son bastantes las que se quedan en el camino y hoy, en homenaje a ellas, he incluído en la historia a alguna de las finalistas.
Cada palabra elegida para hacer los #lunesdeperita es sometida a un proceso de selección concienzudo y estricto. No sirve para perita cualquier palabra. Son bastantes las que se quedan en el camino y hoy, en homenaje a ellas, he incluído en la historia a alguna de las finalistas.
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REBATIÑA.- félix albo
Ayer
se cayó. No era la primera vez que caía. Además de niña siempre
andaba rolando por tierra, pero ayer fue la primera vez que se
asustó.
Se
vio en el suelo, pom. Sin tiempo a amarrarse a algo, aunque no cree
que tenga ni fuerzas, pero una cosa es perder la agilidad y otra
perder las oportunidades.
Ayer
estuvo preocupada toda la mañana, y toda la tarde. Y con ese runrún
se acostó.
Pero
ay, mira.
Esta
noche ha soñado que bajaba a comprar el pan, somo siempre hace: arregladita, con su todo bien puesto y su pelo bien peinado. Llevaba
en las manos un trozo de bizcocho en un reburujón de papel. Quizá
fue eso lo que la distrajo, el caso es que al salir del portal se le
reviró el pie y justo fue a caer no al suelo, sino en los brazos de
un joven de esos con barbita recortada, que la levantó; pero que la
levantó, levantó. Y con ayuda de otros seis o siete la levantaron
por encima de sus cabezas y la empujaron hacia otros brazos que iban
apareciendo para llevarla como con rebatiña calle abajo. Y allí
estaban los brazos de Juli, la del pescado, y los de Jose el del bar
con la mujer, Cuqui la que se separó de Antonio el de la Mari y qué
sé qué más; un montón de gente con los brazos en alto, incluso
María Nuria su nieta, con el novio y los amigos. Y ale, la señora
Martina volando entre brazos y risas para dejarla justo en la entrada al parque, donde le esperaba su banco y sus retozones pájaros
picando ya las migas del bizcocho.
Se
ha despertado justo ahí, sentada en el banco. Ha sido una lástima,
aunque tampoco se podía estirar mucho más.
Se
ha despertado sonriente y relajada. Quizá por el masaje y las
cosquillas, quizá por tener un sueño tan lleno de gente con nombre.
Quizá por levantarse sin miedo y decidir salir al parque, como
siempre.
Se levanta sonriente y agradecida.
Se levanta sonriente y agradecida.
Al
abrir el portal, a Martina le parece que la gente hoy sonríe y brilla más.
Comienza a caminar, sonriente y despacito.
Comienza a caminar, sonriente y despacito.
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rebatiña.
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Feliz semana.
Abrazos a capazos.