Me levanto temprano y comparto desayuno con Samuel Alonso.

Cojo la autovía con dirección La Puebla del Alfinden. Llego en poquito tiempo. La autovía rodea su castillo para seguir dirección Barcelona. El pueblo se me asemeja alargado.

No es difícil dar con la Biblioteca. Está ubicada en un edificio pegado al Ayuntamiento y tiene un pequeño patio.

Me esperaba Beatriz, la bibliotecaria.

La sesión se hace en una de las salas de la biblioteca. Los niños y niñas llegan más que puntuales, con sus maestras. Con ganas, y eso siempre agrada. Mantienen esas ganas hasta el final y se marchan, sonrientes, después de que les haya firmado tres o cuatro autógrafos.

Un lujo de chavalería, sí. Me gusta mi trabajo.



Besos.

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