Qué ironías tiene este calendario artificial que hemos creado.

F E L I Z


Hoy es uno de esos días que a uno le provocan felicidad.

Hoy, hace cuatro años nació mi niño Pau. 
Un día de esos que, cada año que pasa, uno se da cuenta de que es mas importante porque más importancia toma cada día que falta por pasar, sin llegar a discernir con absoluta claridad qué es más importante si el tiempo vivido o el por vivir. Y tan grato es  mirar hacia delante como mirar hacia detrás. Recordar y soñar.
Pau enseña, sin querer, que lo importante es precisamente eso: mirar.

Tratar de mirar la vida y el mundo con ojos de niño es recobrar un poquito la cordura. Y sí, creo que desde que nació la voy recobrando poco a poco y poco a poco se va ampliando la mirada y se centra y hace zoom para acercarse donde debe, con función macro para no emborronar la imagen y se aleja para captar los paisajes a lo grande, como merece la vida, y sin perder los detalles.
Y recobrando la cordura uno recobra sus riendas, y su sonrisa, por dentro y por fuera.

Pero ¡ah!, todo eso no lo hace uno solo. Todo eso, por suerte, no lo hace uno solo. 
Tengo otra suerte, ni mayor ni mejor, sino otra más, otra distinta y no, que apaga miedos; que luce en la noche; que reconforta en el día; que sujeta escaleras para que uno no caiga, o pierda, por lo menos, el temor a caer; o cuando están muy altas las cuerdas, sube ella. Ella, que es Ángeles, quien también me hace y provoca sonreír para compartir mucho más allá de la boca. Mucho más allá que la risa. 
Espuma en la orilla, quietud en el agua, aroma en la flor, ojo dibujado en el ala izquierda de la mariposa. Y claro, y por suerte, dibujado también en la derecha.
Si a alguien le debo la fuerza con la que agarro mis riendas, es a ella. Y a ella le dedico esta noche en la que, feliz, el viento sopla pero no puede ni podrá arrancar las estrellas.
Feliz cumpleaños mi niño. Feliz cumpleaños mi niña.

Continúo en el festival. Hasta el día 2 que regreso. El sábado pasado pude disfrutar de dos sesiones tan distintas como intensas. El domingo, una más, también distinta. Escuchar el trabajo de los compañeros y compañeras de profesión te hace crecer en la medida en la que uno reflexiona. Imagino que pasa con todas las profesiones, y con la vida en general. Hace falta reflexión, a esta profesión y a la vida, en general.
El primero en subir a escena fue Pep, Pep Bruno. Amigo de esos pocos que sientes de toda la vida. Esta profesión te da oportunidad de conocer a personas especiales, en el sentido genial de la palabra. Pep es una de ellas. Su manera de conectar con el público y fomentar la democracia es única. Su forma de mirar los cuentos y la vida, por suerte, también. Esa noche nos la salpicó de historias tradicionales, de siglos atrás, en las que descubrimos que las relaciones de pareja no han cambiado tanto, ni tampoco el gusto por disfrutar de la vida. Historias de dioses, de vino, de cuervos negros y faldas al aire, de más vino, de comunicaciones en paralelo que nunca llegan a tocarse por ningún punto. Seductor, irónico y provocador, conseguía provocar risas espontáneas producidas por las palabras que van goteando dentro de uno y le van evocando situaciones cotidianas de la vida en particular, o la vida en general. Un goce que duró algo más de una hora, más o menos, que yo no llevo reloj y la emoción, sabéis que mide mal el tiempo. 
La segunda en deleitar fue Michelle Nguyen. Mujer belga que acompaña con un dulce movimiento la palabra de todo lo que cuenta. La primera vez que la escuché, en Guadalajara, hace ya... mucho en el calendario pero no demasiado en el recuerdo, me impresionó la manera de manejar los silencios. Una habilidad que admiro también en Yoshi Hioki y Nicolás Buenaventura. Una voz tenue, que uno disfruta sin esfuerzo, y que va envolviendo al público por dentro.
En esta ocasión, nos llevó de la mano, con un ritmo tan pausado como merecía, a vivir todo un embarazo, desde el momento en el que llega la noticia hasta el parto. En el pecho colectivo del público se iba cargando la emoción que salía en forma de sonrisas descompasadas y respiraciones profundas.  Una sesión susurrada por la voz delicada y serena de esta mujer de sonrisa abierta. Y con esa sonrisa, hermosa, y no otra, fuimos saliendo de la sala, dejando una estela dulce tras nosotros.

El domingo le tocó el turno a Antonio López, narrador canario, con cara de pillo y ojos vivarachos. Nos insinuó la ternura de su abuela contándole una historia de tradición oral, ensalzando la relación intergeneracional y una historia atemporal. Rozagante(2-3), desde el escenario, Antonio siempre inunda de frescura la platea. La segunda historia, con su primer amor, la prologó con una infancia pilla que las hormonas transformaron con normalidad en gamberra, para después enternecernos con una relación hombre/familia/pájaro, con la historia de Pipo, un mirlo con trauma de amputación y adicto a las drogas por salvar a su polluelo. Reímos, por dentro y por fuera.
Un goce. El sábado, compartiré escenario con Christian Atanasiu y el domingo vendrá Mayra, una cubana que en un periódico de Tenerife han ilustrado con una foto de Pep . 

Nace una nueva sección en este blog destartalado. Con el ánimo de ir haciendo crecer mi escaso vocabulario en la lengua en la que hablo (imagina en las que chapurreo como el valenciano o inglés), me propongo, cada semana, introducir o, por lo menos, conocer una nueva palabra.
Palabras que lea, escuche, o imagine y luego contraste con la realidad, irán aderezando el blog. Cada lunes una nueva. ¿Te apuntas a jugar?
Esta semana la palabra, sugerida en este caso por Pep Bruno, es ROZAGANTE

Dice la rae que

rozagante.

(Del cat. rossegant).

1. adj. Dicho de una vestidura: Vistosa y muy larga.

2. adj. Vistoso, ufano.


Real Academia Española © Todos los derechos reservados (pone).


Pues allá vamos. La pondré en verde y cursiva cuando la utilice en esta semana.

¡Salud!

Agüimes

Agüimes es un lindo y tranquilo municipio del sureste de la isla de Gran Canaria. Pasear por sus calles es llenarse de palabras y conceptos poéticos, por sus casas, por su gente y por las esculturas que hay salpicadas por sus calles; desde una pareja de enamorados, a otra pareja que rememora el antiguo carnaval (este municipio nunca dejó de celebrarlos a pesar de la prohibición de la época obtusa(2) de España), pasando por un camello o un burro en medio de la plaza (como Adzaneta de Albaida).
Había tenido la suerte de conocer el municipio y alrededores de la mano de Doro, uno de los bibliotecarios más majos de la ínsula y partes inundadas del archipiélago, pero ando en periodo de fortuna.
Este año me invitaron a participar en el Festival Internacional de Narración Oral "Cuenta con Agüimes " Y aquí ando desde el jueves, disfrutando, además de una muy buena organización (que solo provoca la experiencia y/o (en este caso y) el entusiasmo y una gastronomía exquisita, de la compañía de otr*s profesionales de la palabra y amig*s como son Pep Bruno , Maísa MarbánMichelle Nguyen y Antonio López, y conociendo además de disfrutar a Mayra Navarro, cubana y Christian Atanasiu que está por llegar.

Un goce, insisto.

Ayer fue la inauguración en un espacio que transformamos antes de empezar y que, creo, llenamos con nuestros distintos estilos y nuestras personales historias.


Andaré contando además:


martes 27 de enero, a las 16.00 h. en la Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria, se oirán mis Cuentos de Maleta .

miércoles 28 de enero, a las 21.00 h. en el Teatro Municipal de Teguise, (Isla de Lanzarote). Yayerías , claro.
jueves, 29 de enero, a las 12.00, más Cuentos de Maleta , para la Biblioteca Municipal de Moya, en la Isla de Gran Canaria.
viernes 30 de enero, en La Laguna (Isla de Tenerife) a las 10.00 en el IES Viera y Clavijo con Nudo , y a las 20.30 h. en el Exconvento de Santo Domingo con Yayerías .
sábado 31 de enero, en el Teatro Municipal de Agüimes, cerraré mi participación en el festival con Yayerías  en el teatro Municipal de este bello municipio.
Y el lunes, 2 de febrero, marcharé raudo y feliz por tres hacia la península. Y digo por tres por haber participado en el festival más antiguo de mi tierra por donde han pasado grandes de la palabra, por haber disfrutado de mis comañeros y compañeras y de una organización exquisita, que en el segundo día de festival ya pienso así, y tres por ir hacia mi familia que si ya hoy les echo de menos, el día dos me subiré por las paredes de este hotel afincado en el antiguo ayuntamiento de la ciudad.
Pero seguro que de hoy hasta el día dos tengo un montón de cosas que contar. 
Hasta entonces Salud y alegría a repartir.
Félix Albo

Negro de raza, y esperemos que de ritmo y entusiasmo y fortaleza.

Verde de esperanza, no sólo para la población estadounidense. Esperemos que no se quede en un suspiro, como con Lula. ¿quién no recuerda los sueños de Lula?; con la reforma agraria, con la escuela pública y de calidad, con la universidad accesible a todos, una política de salud donde los pobres no mueran por falta de atención, construir una sociedad justa, solidaria, fraterna, donde el resultado de la riqueza producida en el país sea distribuida de forma más ecuánime para todos... Brasil, el sueño que fue. La belleza de esas ideas plasmadas en palabras de alguien que puede y dice que quiere.

Con Obama existe una sensación similar pero más globalizada, creo. Estados Unidos ha provocado y producido tanto mal, que cualquier cambio parece que solo puede ser mejor. Además, el hecho de que sea un líder de raza negra, nos presenta una sociedad estadounidense mejor que la que conocemos o suponemos. Ojalá sea el comienzo de un tiempo de cambio. De cambio, simplemente, hacia el respeto. Respeto a todo, pero antes de nada, hacia el ser humano.

Ojalá por Eduardo Galeano tomado de pagina12.com


¿Obama probará, desde el gobierno, que sus amenazas guerreras contra Irán y Pakistán fueron no más que palabras, proclamadas para seducir oídos difíciles durante la campaña electoral?
Ojalá. Y ojalá no caiga ni por un momento en la tentación de repetir las hazañas de George W. Bush. Al fin y al cabo, Obama tuvo la dignidad de votar contra la guerra de Irak, mientras el Partido Demócrata y el Partido Republicano ovacionaban el anuncio de esa carnicería.
Durante su campaña, la palabra leadership fue la más repetida en los discursos de Obama. Durante su gobierno, ¿continuará creyendo que su país ha sido elegido para salvar el mundo, tóxica idea que comparte con casi todos sus colegas? ¿Seguirá insistiendo en el liderazgo mundial de los Estados Unidos y su mesiánica misión de mando?
Ojalá esta crisis actual, que está sacudiendo los cimientos imperiales, sirva al menos para dar un baño de realismo y de humildad a este gobierno que comienza.
¿Obama aceptará que el racismo sea normal cuando se ejerce contra los países que su país invade? ¿No es racismo contar uno por uno los muertos invasores en Irak y olímpicamente ignorar los muchísimos muertos en la población invadida? ¿No es racista este mundo donde hay ciudadanos de primera, segunda y tercera categoría, y muertos de primera, segunda y tercera?
La victoria de Obama fue universalmente celebrada como una batalla ganada contra el racismo. Ojalá él asuma, desde sus actos de gobierno, esa hermosa responsabilidad.
¿El gobierno de Obama confirmará, una vez más, que el Partido Demócrata y el Partido Republicano son dos nombres de un mismo partido?
Ojalá la voluntad de cambio, que estas elecciones han consagrado, sea más que una promesa y más que una esperanza. Ojalá el nuevo gobierno tenga el coraje de romper con esa tradición del partido único, disfrazado de dos que a la hora de la verdad hacen más o menos lo mismo aunque simulen que se pelean.
¿Obama cumplirá su promesa de cerrar la siniestra cárcel de Guantánamo?
Ojalá, y ojalá acabe con el siniestro bloqueo de Cuba.
¿Obama seguirá creyendo que está muy bien que un muro evite que los mexicanos atraviesen la frontera, mientras el dinero pasa sin que nadie le pida pasaporte?
Durante la campaña electoral, Obama nunca enfrentó con franqueza el tema de la inmigración. Ojalá a partir de ahora, cuando ya no corre el peligro de espantar votos, pueda y quiera acabar con ese muro, mucho más largo y bochornoso que el Muro de Berlín, y con todos los muros que violan el derecho a la libre circulación de las personas.
¿Obama, que con tanto entusiasmo apoyó el reciente regalito de setecientos cincuenta mil millones de dólares a los banqueros, gobernará, como es costumbre, para socializar las pérdidas y para privatizar las ganancias?
Me temo que sí, pero ojalá que no.
¿Obama firmará y cumplirá el compromiso de Kyoto, o seguirá otorgando el privilegio de la impunidad a la nación más envenenadora del planeta? ¿Gobernará para los autos o para la gente? ¿Podrá cambiar el rumbo asesino de un modo de vida de pocos que se rifan el destino de todos?
Me temo que no, pero ojalá que sí.
¿Obama, primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos, llevará a la práctica el sueño de Martin Luther King o la pesadilla de Condoleezza Rice?
Esta Casa Blanca, que ahora es su casa, fue construida por esclavos negros. Ojalá no lo olvide, nunca.

FELIZ CUMPLEAÑOS



El sábado celebramos el cumple de PAU, el niño a quien más quiero en este planeta y quince más que hubiera tan grandes como éste. Estaba feliz, con su madre, su padre, su gente, su familia y las familias de su gente. Hubo merienda y títeres (La familia Rolly Polly ) Y tarta claro, de chocolate y de almendra para quien no le guste el chocolate o le guste también la almendra. Y piñata que llovió chuches y confettis que ellos solos se metieron hasta el baño y más allá de donde termina la noche. Y en la noche se iluminó el algarrobo y hubo un baile y un duende que pedía que le dejaran dormir hasta la primavera. Hubo hasta lágrimas que produce a veces la dureza de la madera. Hasta calor hubo y también frío.
La casa llena, como él, que se le salían los nervios por todos los lados; por donde más por la boca, en forma de sonrisa y palabras en voz baja. No dejó de jugar hasta que nos quedamos solos de nuevo y, relajándose, comió un bocadillo para llenarse de sueño y relamer el buen día que había pasado.

La casa llena, de él y de la estela que deja un niño feliz cuando queda dormido. Su madre y yo felices también y más de tener un niño tan guapo y tan bonico y con un mundo que vamos descubriendo gustosamente juntos poco a poco. A ella le doy las GRACIAS y a él un beso de buenas noches, felices sueños y mejor, mucha mejor vida.

Es única la experiencia de compartir la vida con tu hijo. Y da muchas ganas de vivirla.

ESQUIVIAS, Toledo

A Esquivias es la tercera vez que vengo. La primera para un público infantil que disfrutamos de lo lindo. La segunda para un grupo pequeñito y adulto. Esta tercera hacemos doblete.
Contar en Esquivias tiene un matiz tan sutil como importante: la biblioteca está ubicada en la casa donde vivió Cervantes (que dicen las malas lenguas que la casa no era suya, que era de su mujer, bueno, del padre de su mujer, pero ya sabéis cómo son los rumores). 
Es una casa con un patio manchego tan tan majo que hasta los de Cuarto Milenio se van a rodar allí. La biblioteca la regente, la gobierna, la timonea Ángel, un hombre de volumen menguante y sonrisa fácil, y ganas, muchas ganas.


A la primera sesión pensábamos que vendría poca gente, pero no, se nos llenó la sala y el alma de esperanza de que a la de adultos vinieran más, pero tampoco. Pero si vamos por partes, vamos por partes. La sesión familiar fue algo más que fluida. Los cuentos no salían, por timidez, pero los niños y niñas los llamaban, y encantados iban saliendo y dejándose contar, unos los dibujos, otros las palabras, otros un trozo, algunos sólo el principio y un par con el título bastó para querer saber más y buscarlo en las estanterías de la biblio. La mesa quedó llena de libros.
Pero ahí no quedó la cosa.
Descansamos un poco, pero poco, y mientras la noche comenzba a campar a sus anchas, el escaso pero selecto público de la sesión de adultos comenzó a llegar: llamadas de teléfono para convocar a dos más, charlas sobre la dificultad de "colocar" a los niños y niñas, el frío, la noche... Y con ese regusto a misterio, las historias de Yayerías surgieron casi sin nombrarlas. Y lo pasamos bien. Sentado casi todo el rato y bien cerquita del público, casi que susurré el secreto de mi familia, casi que charlé sobre mi curso en un pueblecito de Ciudad Real, casi que, junt*s, pusimos la misma cara cuando la sesión llegó al final. Un lujo contar así de cerquita.
Cruzar La Mancha, camino de casa, bajo una densa niebla, llena de interés el viaje, ya que lo hace especial y lento, pero cansa más. Mucho más. 
Aún así, venía sonriendo pensando en la forma tan graciosa que tienen en Esquivias de arrear a los burros para que trabajen. Por eso las personas que laboraban el canto cantaban y los burros y burras sonreían, siempre sonreían.
Para que luego digan de los mediterráneos...

Cambio el título de la entrada, y la intención. Lo hice ayer: leer en voz alta la lista, con las edades; y va cambiando tanto el ánimo. Descubres familias, como la de Nizar Rayán, de 2,3,3,4,5,6 y 12, 12 años.
Penar en cada nombre como un niño, un niño o niña de los que vemos en la calle, pensar en sus juegos, en sus ojos y caras escuchando cuentos, pensar en esos niñ*s como seres que son con todo sus universos interiores y su vida que ya no tienen, es espeluznante.
La lista de nombres tomadas del blog viaje a la guerra. 


27 diciembre 2008: Ibtihal Kechko (niña, 10 años), Ahmed Riad Mohammed Al-Sinwar (niño, 3 años), Ahmed Al-Homs (niño, 18 años), Ahmed Rasmi Abu Jazar (niño, 16 años), Ahmed Sameeh Al-Halabi (niño,18 años), Tamer Hassan Al-Akhrass (niño, 5 años), Hassan Ali Al-Akhrass (niño, 3 años), Haneen Wael Mohammed Daban (niña, 15 años), Khaled Sami Al-Astal (niño, 15 años), Alaat Mokhless Bassal (niño, 18 años), Aaed Imad Kheera (niño, 14 años), Abdullah Al-Rayess (niño, 17 años), Odai Hakeem Al-Mansi (niño, 4 años), Allam Nehrou Idriss (niño, 18 años), Ali Marwan Abu Rabih (niño, 18 años), Anan Saber Atiyah (niño, 13 años), Camelia Al-Bardini (niña, 10 años), Lama Talal Hamdan (niña, 10 años), Mohammed Jaber Howeij (niño, 17 años), Nimr Mustafa Amoom (niño, 10 años).



29 diciembre 2008: Ismail Talal Hamdan (niño, 10 años), Ahmed Ziad Al-Absi (niño, 14 años), Ahmed Youssef Khello (niño, 18 años), Ikram Anwar Baaloosha (niña, 14 años), Tahrier Anwar Baaloosha (niña, 17 años), Jihad Saleh Ghobn (niño, 10 años), Jawaher Anwar Baaloosha (niña, 8 años), Dina Anwar Baaloosha (niña, 7 años), Samar Anwar Baaloosha (niña, 6 años), Shady Youssef Ghobn (niño, 12 años), Sudqi Ziad Al-Absi (niño, 3 años), Imad Nabeel Abou Khater (niño, 16 años), Lina Anwar Baaloosha (niña, 7 años), Mohammed Basseel Madi (niño, 17 años), Mohammed Jalal Abou Tair (niño, 18 años), Mohammed Ziad Al-Absi (niño, 15 años), Mahmoud Nabeel Ghabayen (niño, 15 años), Moaz Yasser Abou Tair (niño, 6 años), Wissam Akram Eid (niña, 14 años). 
30 diciembre 2008: Haya Talal Hamdan (niña, 8 años)
31 diciembre 2008: Ahmed Kanouh (niño, 10 años), Ameen Al-Zarbatlee (niño, 10 años), Mohammed Nafez Mohaissen (niño, 10 años), Mustafa Abou Ghanimah (niño, 16 años), Yehya Awnee Mohaissen (niño, 10 años), Ossman Bin Nizar Rayyan (niño, 3 años), Assaad Nizar Rayyan (niño, 2 años), Moaz-Uldeen Allah Al-Nasla (niño, 5 años), Aya Nizar Rayyan (niña, 12 años), Halima Nizar Rayyan (niña, 5 años), Reem Nizar Rayyan (niño, 4 años), Aicha Nizar Rayyan (niña, 3 años), Abdul Rahman Nizar Rayyan (niño, 6 años), Abdul Qader Nizar Rayyan (niño, 12 años), Oyoon Jihad Al-Nasla (niña, 16 años), Mahmoud Mustafa Ashour (niño, 13 años), Maryam Nizar Rayyan (niña, 5 años).
1 enero 2009: Hamada Ibrahim Mousabbah (niño, 10 años), Zeinab Nizar Rayyan (niña, 12 años), Sujud Mahmoud Al-Derdesawi (niña, 10 años), Abdul Sattar Waleed Al-Astal (niño, 12 años), Abed Rabbo Iyyad Abed Rabbo Al-Astal (niño, 10 años), Ghassan Nizar Rayyan (niño, 15 años), Christine Wadih El-Turk (niño, 6 años), Mohammed Mousabbah (niño, 14 años), Mohammed Iyad Abed Rabbo Al-Astal (niño, 13 años), Mahmoud Samsoom (niño, 16 años), Ahmed Tobail (niño, 16 años), Ahmed Sameeh Al-Kafarneh (niño, 17 años), Hassan Hejjo (niño, 14 años), Rajeh Ziadeh (niño, 18 años), Shareef Abdul Mota Armeelat (niño, 15 años), Mohammed Moussa Al-Silawi (niño, 10 años), Mahmoud Majed Mahmoud Abou Nahel (niño, 16 años), Mohannad Al-Tatnaneeh (niño, 18 años), Hani Mohammed Al-Silawi (niño, 10 años), Ahmed Al-Meshharawi (niño, 16 años), Ahmed Khodair Sobaih (niño, 17 años), Ahmed Sameeh Al-Kafarneh (niño, 18 años), Asraa Kossai Al-Habash (niña, 10 años), Assad Khaled Al-Meshharawi (niño, 17 años), Asmaa Ibrahim Afana (niña, 16 años), Ismail Abdullah Abou Sneima (niño, 4 años), Akram Ziad Al-Nemr (niño, 18 años), Aya Ziad Al-Nemr (niña, años), Ahmed Mohammed Al-Adham (niño, 1 año), Akram Ziad Al-Nemr (niño, 13 años), Hamza Zuhair Tantish (niño, 12 años), Khalil Mohammed Mokdad (niño, 18 años), Ruba Mohammed Fadl Abou-Rass (niña, 8 años), Ziad Mohammed Salma Abou Sneima (niño, 9 años), Shaza Al-Abed Al-Habash (niña, 13 años), Abed Ziad Al-Nemr (niño, 12 años), Attia Rushdi Al-Khawli (niño, 16 años), Luay Yahya Abou Haleema (niño, 17 años), Mohammed Akram Abou Harbeed (niño, 18 años), Mohammed Abed Berbekh (niño, 18 años), Mohammed Faraj Hassouna (niño, 16 años), Mahmoud Khalil Al-Mashharawi (niño, 12 años), Mahmoud Zahir Tantish (niño, 17 años), Mahmoud Sami Assliya (niño, 3 años), Moussa Youssef Berbekh (niño, 16 años), Wi'am Jamal Al-Kafarneh (niña, 2 años), Wadih Ayman Omar (niño, 4 años), Youssef Abed Berbekh (niño, 10 años).
5 enero 2009: Ibrahim Rouhee Akl (niño, 17 años), Ibrahim Abdullah Merjan (niño, 13 años), Ahmed Attiyah Al-Semouni (niño, 4 años), Aya Youssef Al-Defdah (niña, 13 años), Aya Al-Sersawi (niña, 5 años), Ahmed Amer Abou Eisha (niño, 5 años), Ameen Attiyah Al-Semouni (niño, 4 años), Hazem Alewa (niño, 8 años), Khalil Mohammed Helless (niño, 12 años), Diana Mosbah Saad (niña, 17 años), Raya Al-Sersawi (niña, 5 años), Rahma Mohammed Al-Semouni (niña,18 años), Ramadan Ali Felfel (niño, 14 años), Rahaf Ahmed Saeed Al-Azaar (niña, 4 años), Shahad Mohammed Hijjih (niña, 3 años), Arafat Mohammed Abdul Dayem (niño, 10 años), Omar Mahmoud Al-Baradei (niño, 12 años), Ghaydaa Amer Abou Eisha (niña, 6 años), Fathiyya Ayman Al-Dabari (niña, 4 años), Faraj Ammar Al-Helou (niño, 2 años), Moumen Alewah (niño, 9 años), Moumen Mahmoud Talal Alaw (niño, 10 años), Mohammed Amer Abu Eisha (niño, 8 años), Mahmoud Mohammed Abu Kamar (niño, 15 años), Marwan Hein Kodeih (niña, 6 años), Montasser Alewah (niño, 12 años), Naji Nidal Al-Hamlawi (niño, 16 años), Nada Redwan Mardi (niña, 5 años), Hanadi Bassem Khaleefa (niñas, 13 años).
6 enero 2009: Ibrahim Ahmed Maarouf (niño, 14 años), Ahmed Shaher Khodeir (niño, 14 años), Ismail Adnan Hweilah (niño, 15 años), Aseel Moeen Deeb (niño, 17 años), Adam Mamoun Al-Kurdee (niño, 3 años), Alaa Iyad Al-Daya (niña, 8 años), Areej Mohammed Al-Daya (niña, 3 meses), Amani Mohammed Al-Daya (niña, 4 meses), Baraa Ramez Al-Daya (niña, 2 años), Bilal Hamza Obaid (niño, 15 años), Thaer Shaker Karmout (niño, 17 años), Hozaifa Jihad Al-Kahloot (niño, 17 años), Khitam Iyad Al-Daya (niña, 9 años), Rafik Abdul Basset Al-Khodari (niño, 15 años), Raneen Abdullah saleh (niña, 12 años), Zakariya Yahya Al-Taweel (niño, 5 años), Sahar Hatem Dawood (niña, 10 años), Salsabeel Ramez Al-Daya (niña, 6 meses), Sharafuldeen Iyad Al-Daya (niño, 7 años), Doha Mohammed Al-Daya (niña, 5 años), Ahed Iyad Kodas (niño, 15 años), Abdullah Mohammed Abdullah (niño, 10 años), Issam Sameer Deeb (niño, 12 años), Alaa Ismail Ismail (niño, 18 años), Ali Iyad Al-Daya (niño, 10 años), Imad Abu Askar (niño, 18 años), Filasteen Al-Daya (niña, 5 años), Kamar Mohammed Al-Daya (niño, 3 años), Lina Abdul Menem Hassan (niña, 10 años), Sin identificar (niño, 9 años), Sin identificar (niño, 15 años), Mohammed Iyad Al-Daya (niño, 6 años), Mohammed Bassem Shakoura (niño, 10 años), Mohammed Bassem Eid (niño, 18 años), Mohammed Deeb (niño, 17 años), Mohammed Eid (niño, 18 años), Mustafa Moeen Deeb (niño, 12 años),Noor Moeen Deeb (niño, 2 años), Youssef Saad Al-Kahloot (niño, 17 años), Youssef Mohammed Al-Daya (niño, 1 año)
7 de enero 2009: Ibrahim Kamal Awaja (niño, 9 años), Ahmed Jaber Howeij (niño, 7 años), Ahmed Fawzi Labad (niño, 18 años), Ayman Al-Bayed (niño, 16 años),Amal Khaled Abed Rabbo (niña, 3 años), Toufic Khaled Al-Khahloot (niño, 10 años), Habeeb Khaled Al-Khahloot (niño, 12 años), Houssam Raed Sobeh (niño, 12 años), Hassan Rateb Semaan (niño, 18 años), Hassan Ata Hassan Azzam (niño, 2 años), Redwan Mohammed Ashoor (niño, 10 años), Suad Khaled Abed Rabbo (niña, 6 años), Samar Khaled Abed Rabbo (niña, 2 años), Abdul Rahman Mohammmed Ashoor (niño, 12 años), Fareed Ata Hassan Azzam (niño, 13 años), Mohammed Khaled Al-Kahloot (niño, 15 años), Mohammed Samir Hijji (niño, 16 años), Mohammed Fareed Al-Maasawabi (niño, 16 años), Mohammed Moeen Deeb (niño, 17 años), Mohammed Nasseem Salama Saba (niño, 16 años), Mahmoud Hameed (niño, 17 años), Hamam Issa (niño, 1 año).
8 enero 2009: Anas Arif Abou Baraka (niño, 7 años), Ibrahim Akram Abou Dakkka (niño, 12 años), Ibrahim Moeen Jiha (niño, 15 años), Baraa Iyad Shalha (niña, 6 años), Basma Yasser Al-Jeblawi (niña, 5 años), Shahd Saad Abou Haleema (niña, 15 años), Azmi Diab (niño, 16 años), Mohammed Akram Abou Dakka (niño, 14 años), Mohammed Hikmat Abou Haleema (niño, 17 años), Ibrahim Moeen Jiha (niño, 15 años), Matar Saad Abou Haleema (niño, 17 años).
9 enero 2009: Ahmed Ibrahim Abou Kleik (niño, 17 años), Ismail Ayman Yasseen (niño, 18 años), Alaa Ahmed Jaber (niña, 11 años), Baha-Uldeen Fayez Salha (niña, 5 años), Rana Fayez Salha (niña, 12 años), Rola Fayez Salha (niña, 13 años), Diyaa-Uldeen Fayez Salah (niño, 14 años), Ghanima Sultan Halawa (niña, 11 años), Fatima Raed Jadullah (niña, 10 años), Mohammed Atef Abou Al-Hussna (niño, 15 años)...


CARTA DE AMOR

NARRANTES es un juego de creación literaria que retomamos algun*s profesionales de la palabra hace algunos meses. Una foto y treinta días para buscarle las historias que lleva dentro. Hoy cuelgo la foto y la historia de octubre. Era una historia que escribí hace algún tiempo y que sólo he contado un par de veces: en el Clan Cabaret de Alicante y en la SER del noroeste de Murcia. Aquí la deposito y pinchando en la palabra enlace puedes ver las historias que otr*s narrantes le han visto a la foto.



















carta de amor

No estás

Llego a casa y no estás. No me acabo de acostumbrar. Toda ella huele a ti y mantiene el orden que tú le distes a las cosas. Me da tanto miedo cambiarlo...

Voy directamente al teléfono. Lo descuelgo, temeroso, inconsciente y esperanzado, a ver si hay algún mensaje en el contestador. Nada. Pienso en mirar el correo electrónico pero me desanimo.

Me hundo en el sillón, que me abraza tratando de consolarme, pero no lo consigue.
Me hundo en el sillón que juntos compramos y desde aquí observo todo nuestro universo.

Se me viene encima.

Nunca entenderé por qué te has ido. Además en este momento. Empezaba todo. Ya teníamos la casa, ya teníamos nuestro espacio, ya teníamos. Cojo alguno de tus libros, incluso lo abro, pero soy incapaz de centrarme. Vuelven los pensamientos.

Y te vas, así, de repente, sin avisar. Sin una explicación, sin una llamada, sin una nota siquiera. Te vas así, sin recoger tu ropa, que aún cuelga de las perchas, sin llevarte tus apuntes que ahí pueblan tu mesa de estudio con el bolígrafo cruzado en la antropología. He aprendido de memoria la hoja que queda arriba, de leerla, de tanto pasar mi mirada sobre tus letras escritas con tu mano derecha acariciando cada letra con mi mirada, buscando una respuesta. Leerlas siempre que las lágrimas me han dejado, en silencio, sentado en tu silla, con mi pierna cruzada por debajo del culo, como tú sólo sabes sentarte durante tanto rato.

Yo no puedo. Al poco se me duerme. Nunca me expliqué cómo podías hacerlo. Como nunca me explicaré por qué te has ido. Así. Dejándome sólo en esta casa que nos parecía ideal y ahora se me viene encima. Esta casa llena no de ti, ni de mí, sino de un nosotros que ahora no tiene ningún sentido. Ninguno.

Y la tele me mira, y el equipo de música me pregunta por tus cds, y el baño. El baño está lleno de ti, de cosas que ni siquiera sé para qué son. Y tu cepillo está al lado del mío, añorando tu boca, como yo. Ahí lo dejaste. Y tiene el mismo sentido que yo, abandonado y por ello inútil.

Tus llaves están en la mesita, donde las dejaste olvidadas la última vez que saliste de casa. Y esperan. Y esperamos. Y a veces te oigo entrar, y sigo los pasos que se acercan a la cama, pero no.

A veces tu recuerdo tiene la desfachatez de acercarse hasta mi cabeza, acariciarme el pelo ysusurrarme tu hola amor pero me despierto y no.

Y abro el armario y ahí está toda tu ropa, que toco, y huelo, y ese aroma te juro que me invade y me lleva a ti. Todo el universo tiene esa forma de embudo en el que al final, inevitablemente apareces. Y me saturo y salgo a dar una vuelta, pero miro cómo la gente me mira. No me preguntan por falta de confianza, pero lo harían. También quieren saber.

Si por lo menos te hubieras ido con otro, o con otra. Pero así, sola, sin nadie como excusa.

Los cercanos ni me preguntan cómo lo llevo. Saben que mal. Saben que no quiero que nadie me pregunte. Sólo falta, encima, que anden hurgando. Así que nada. Llaman de vez en cuando, para una cerveza que nunca se da. No quiero. Por si vuelves y no estoy.

Podría ir a verte. Pero no quiero. No sé donde estás. No tengo ni idea. No quiero. Mi madre sí que sabe. De hecho ella sí que te va a ver. Muchas tardes. Me llama y me dice que la acompañe, pero no quiero. Ella te lleva flores, yo no quiero. No puedo.

Te quiero demasiado todavía…

Leo en público 

EFE - Valladolid - 13/01/2009 11:27

El origen y la evolución del cuento como fuente de conocimiento, su dimensión ética, componente lúdico y carácter didáctico son desentrañados por el etnógrafo Joaquín Díaz en un ensayo incluido en su último libro, "Érase que se era...", que reúne 251 relatos recopilados en Castilla y León.
Al referirse al "arquetipo ético", Díaz explica cómo en la entraña de toda fábula existe un mensaje "más o menos oculto" que puede incomodar o beneficiar a los objetivos de las clases dominantes, dentro de una dualidad o "tensión permanente entre dos principios" donde ha situado el origen de los cuentos populares.
Esos principios duales, entre los que ha puesto como ejemplos al bien y el mal, a la vida y la muerte, y a la inteligencia y la estupidez, "influyen sobre el ser humano y modifican su comportamiento" a través de historias que tienen su valor en el ejemplo que despliegan sus protagonistas.
El cuento, además de su finalidad moral y de su condición lúdica o de distracción, también representó hasta el siglo XVIII una "escuela de costumbres", ya que los niños, sobre todo en el medio rural, "crecían rodeados de una cultura oral que recibían en las veladas cotidianas junto al fuego o en el hogar" tras el trabajo.
Joaquín Díaz, musicólogo y etnógrafo, reflexiona así en el ensayo introductorio al libro "Érase que se era...", segundo título de Castilla Tradicional Editorial, ilustrado por Santiago Bellido y que ha dedicado a la memoria del hispanista y folclorista francés Maxime Chevalier, fallecido en 2007 y a quien titula su "maestro y amigo".
Recuerda el autor la contradicción de los ilustrados españoles, a partir del siglo XVIII, cuando en su afán por acabar con el "atraso" del mundo rural olvidaron que dentro del mismo se hallaban "los cimientos de su propia cultura", y que "la traza sucia y desaseada de un pastor o labrador podía esconder a veces respuestas ponderadas o filosóficas a las eternas preguntas del ser humano".
Los 251 relatos incluidos en el libro han sido recopilados en diversos municipios de las nueve provincias de Castilla y León, por el propio Joaquín Díaz y otros destacados estudiosos de la cultura tradicional como son Luis Díaz Viana, Modesto Martín Cebrián, Antonio Sánchez del Barrio, Alberto Jambrina, Milagros Hijas, Alfredo de Diego y Antonio Lorenzo Vélez.

ZAMORA

Zamora no se tomó en una hora, dice el refrán, pero casi.
En realidad fueron quince. Quince horas del curso ARENA Y AGUA SALADA.
Un curso diseñado para profundizar en el "contar" como profesión. Un curso preparado para gente que ya estamos contando.
En este caso y gracias a Chary, nos reunimos diez, en Zamora: siete mujeres y tres hombres. Un grupo con ganas, con muchas. Se notó al aguantar el ritmo frenético que nos vimos obligados a llevar.
Quince horas de esfuerzo mental y emocional y un poco físico, aunque poco, que lo dirigía yo. A lo largo de esas quince horas no sólo reflexionamos sobre nuestras "virtudes y defectos" a la hora de transmitir nuestras historias, no sólo hablamos sobre la responsabilidad del repertorio; el conectar con el público; la palabra; los álbumes ilustrados; los distintos tipos de textos literarios; la memorización; la estructura de las historias; la historia que hay debajo de cada historia; los gestos; la voz; las distintas formas de mirar; los precios de las sesiones; los ritmos; el humor; contar con valores; los cuentos "por encargo"; el cuerpo y alguna cosa más que seguro se me olvida. Aunque repasando ahora todo aquello sobre lo que hablamos, me pregunto cómo nos dio tiempo en quince horas. Pero es que encima, nos dedicamos  a crear una historia, a bocetar un cuento: un cuento de amor.

Hablamos y mucho sobre el universo particular de cada historia y jugamos a crearlo a partir de una anécdota personal. Un trabajo individual pero "en abierto", sin tapujos, sin secretos. Compartiendo nuestro trabajo interno, nuestra manera de enfocar, de desarrollar, de imaginar, de crear. Fuimos dándole forma, mostrándolo poco a poco, comentándolo, viéndolo gestarse hasta encontrarle la estructura. Una estructura de cuento. No nos dio tiempo a pulirlo. Eso lleva un trabajo de semanas como poco. Pero los contamos, los compartimos, los disfrutamos.
Un lujo, porque encima lo pasamos bien. GENIAL, en mi caso. Y, particularmente, preparar un curso y llevarlo a cabo me hace crecer, por las distintas perspectivas que me planteo y por las preguntas que me hago para tratar de tener respuestas y mostrar un máximo número de caminos para trabajar las historias, respetando siempre, el trabajo individual y la filosofía de cada profesional.

Acabamos reventados, eso sí. Y cada uno reventó a su manera. A algunos les quedaba un largo viaje a Bilbao o a Badajoz. Yo pude disfrutar encima de un viaje hasta Alicante acompañado por una luna que comenzaba a menguar pero que casi no se le notaba y el Orión más nítido de todo el invierno.
Acabamos con un montón de preguntas, y dos claras, desde donde contamos y para qué contamos. Preguntas que siempre andan por ahí, rumiándose. Acabamos con un montón de ganas de volvernos a encontrar y volver a jugar, y probar, y buscar, y compartir.

Leo en el blog de Ignacio Escolar . Tratando de buscar, sigo encontrando en el mismo sentido.

paradlamasacre.png
Se inventó para Internet, como enorme ágora, pero la ley de Godwin vale para cualquier debate: “A medida que una discusión se alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación en la que se mencione a Hitler o a los nazis tiende a uno”. Mike Godwin, abogado y miembro fundador del grupo de ciberactivistas Fronteras Electrónicas, la formuló en 1990, en los primeros años de los foros de debate online de Usenet. Su ley era una buena pista para los moderadores de estos grupos de tertulia digital: cuando alguien sacaba a los nazis sin venir a cuento, había llegado el momento de hablar de otra cosa.

La ley de Godwin, sin embargo, no es sólo una gracieta estadística, como las tostadas de la ley de Murphy, ésas que siempre caen del lado untado de mantequilla. Godwin desmontaba así una falacia muy común, una trampa argumental. Cuando algo se compara con el mal absoluto, con el Holocausto, el debate inevitablemente termina, pues pasa a ser una discusión sobre el bien y el mal en términos superlativos. En realidad, Godwin reinterpretaba una expresión del filósofo Leo Strauss, que acuñó la expresión Reductio a Hilerum (reducción a Hitler) para desmontar una falacia similar: que cualquier cosa es mala si el mal absoluto –el nazismo– lo practica. Es un tipo de reducción al absurdo: si Hitler tomaba pan, es que el pan es malo.
Durante las últimas dos semanas, la Ley de Godwin se ha cumplido con aún más frecuencia de lo habitual en casi cualquier discusión. Es un recurso simple pues comparte protagonistas. Si los judíos, las víctimas de Hitler, ahora masacran Gaza, es que los judíos son ahora los nuevos nazis. Es una comparación falaz, no tanto porque sea extremadamente ofensiva para un pueblo que ha sufrido como pocos la historia reciente, sino porque, sencillamente, no es cierta. La democracia israelí, a pesar de cómo ha pisoteado Palestina durante décadas, no se puede equiparar al régimen nazi porque el mal absoluto no admite comparación. Pero sobre todo es una equivalencia injusta porque al igual que no todos los alemanes fueron nazis, no todos los judíos del mundo comparten las políticas del gobierno de Israel y, bajo una equiparación así, se esconde un más que sospechoso tufo antisemita: si los judíos son los nuevos nazis, es que los nazis tenían razón al exterminarlos.
Pero que el horror del nazismo no admita comparación alguna, no perdona por ello los horrores del gobierno israelí. Que los judíos sufriesen la maldad absoluta no hace bueno cualquier acto de Israel. Tras quince días de plomo, ni siquiera las frías estadísticas sirven para esconder la magnitud de la masacre. En la franja de Gaza, en sólo dos semanas, el ejército israelí ha matado a más de 800 palestinos. Según Israel, la mayoría de los objetivos son “militares” y la invasión se desarrolla con precisión quirúrgica, pero por lo menos una tercera parte de las víctimas son, con toda certeza, completamente inocentes: Israel ha asesinado ya a 256 niños. El número de mujeres palestinas muertas ronda el centenar. ¿Las bajas israelíes? 13 personas, de las que cuatro son civiles y nueve son soldados. De ellos, casi la mitad –cuatro- han caído víctimas del fuego amigo, víctimas de unos bombardeos tan “quirúrgicos” que hasta matan a sus propias tropas. Se mantiene así la proporción habitual tras décadas y décadas. Por cada israelí muerto, mueren siempre entre 80 y 100 palestinos. Por cada israelí muerto, matan entre 20 y 30 niños. Por cada israelí muerto, diez madres palestinas muertas. “Israel tiene menos bajas porque su tecnología militar es superior”, me dijo no hace mucho un diplomático israelí. Es una manera de verlo. Israel mata más porque puede. Y porque le dejan.
Tras quince días de muerte, la estadística más estremecedora es otra: el 90% de los israelitas está a favor de la operación militar. La nueva dama de hierro, Tzipi Livni –ministra de exteriores y candidata a primera ministra en las elecciones que, casualmente, se celebrarán justo dentro de un mes– es más popular que nunca.
La ministra de exteriores lidera la operación porque para ello, como bien repite parte de la prensa, estamos ante una guerra: un conflicto militar entre dos estados. ¿Es un estado Palestina o la franja de Gaza? Sólo cuando conviene. Es un estado para pagar con su vida en tiempo de guerra, pero no para decidir en tiempo de paz. Hamás es un grupo terrorista cuando interesa pero todos los palestinos responden por sus actos cuando se le reconoce, a fuerza de obuses, como el gobierno legítimo. Igual de asimétricos son los silencios de Obama, que se parapeta tras el “sólo puede haber un presidente” cuando preguntan por Gaza, pero receta cada cheque de las ayudas a la banca o al automóvil. Hay cosas que son urgentes, como la economía, y cosas que pueden esperar hasta la toma de posesión, como la vida y muerte de los palestinos. También es asimétrica la diplomacia europea, incluida la española, que pide paz con la boca pequeña mientras lanza indignados ultimátum contra Rusia por querer cobrar más por su gas: la calefacción es también más sagrada que la vida de los palestinos.
“Israel tiene derecho a defenderse”, repiten los partidarios de la masacre. Ese “derecho a defenderse”, ¿qué permite? ¿dónde termina? ¿Es también un derecho asimétrico y sólo sirve para Israel porque lo dice la Biblia? Los Qassam, los cohetes caseros que se fabrican en herrerías soldando a mano placas de metal, son ahora el argumento que emplea Israel para justificar su ataque a Gaza. El año pasado, estos temibles cohetes mataron a cuatro israelíes; tantos como bajas por fuego amigo ha desatado entre su propio ejército la enormemente desproporcionada operación de venganza de Israel. El derecho a defenderse es el nuevo talión: cien ojos por cada ojo, cien dientes por cada diente.
“Si alguien lanzara cohetes a mi casa, donde mis hijas duermen, haría todo lo que pudiese para detenerlo”, dijo Obama hace unos meses en su visita a Sderot, una ciudad israelí a un kilómetro de la frontera con Gaza. Podría haber dado el mismo discurso unos kilómetros más allá, al otro lado del muro que limita la cárcel más poblada del planeta: Gaza. Si alguien lanzara misiles, que no cohetes caseros, sobre la casa donde sus hijas duermen ¿qué haría Obama?

Nieva

Ando por Madrid. Alcorcón, para ser más exactos. Y está nevando.

Ayer tuve el regalo de la nieve mientras venía por la autovía. Desde Hellín hasta un poco antes de La Roda nevó con ganas tímidas. 
Venía camino de Villaviciosa de Odón donde me esperaba menos público que el de costumbre, pero claro, entre el frío y la aún permanente excitación por los regalos, era normal. Aún así lo pasamos bien. Muy bien.
Hoy, aquí amaneció blanco y ahora nieva con más fuerza. Copiosamente, aunque creo que sería correcto también decir que nieva coposamente.

La nieve, deja el paisaje con un silencio nocturno. Hay gente que dice que es la noche blanca. Hay otros que dicen que la luna cambia de piel y deja caer sus escamas de agua sobre la tierra.
Para un mediterráneo costero como yo, ver nevar sobre los árboles es un doble regalo: por la nieve y por los árboles.
Abrazos tiritantes. 

Esta tarde contaré en Las Rozas, en su biblioteca León Tolstoi, un hombre que en la foto de la wikipedia, parece Fernando Fernán Gomez atalibanado o en su papel de El abuelo.

Pasión por contar

En la revista Artez, Revista de las artes escénicas, dedican un suplemento especial al XIX Festival Internacional de Narración Oral, Cuenta con Agüimes, y en él, un poquito a mi trabajo y a lo que haré en dos semanas por la isla bonita.

El articulo comienza así...


Conocido como Félix Albo, lleva catorce años dedicándose a contar sus historias por todo el país. Actualmente cuenta solo aunque era la mitad del grupo Albo junto con Pablo Albo. Sus historias son “retales de gente, personas de aquí y de allá que por lo que te hacen sentir, siempre resultan mucho más cercanas de lo que a simple vista parecían”. Él mismo afirma que la decisión de dedicarse a contar como profesión no la toma uno, sino que la pasión por algo que a uno le gusta va haciéndose un hueco en su agenda, y ese hueco cada vez es mayor, “y así decides un día vivir de ello, pero realmente te quedaban pocas alternativas”.

Acaba con una pulga, Erratas. 

Y lo puedes leer entero pinchando aquí .


Leído en su blog

La osezna no hiberna. Se mantiene despierta ante el desconcierto de los naturalistas que la siguen y la fotografían. Así, rodeada de nieve y hielo, perpleja y sola, me hace pensar en todos los niños: los palestinos, los saharauis, los niños soldado de las guerras africanas, y hasta en nuestros niños, igual de solos entre la superabundancia de cosas y la escasez de sentimientos. Hoy Gaza nos duele hasta el alma, y los niños de Gaza aún más, pero nada hacemos. ¿Y qué hacer? Quienes escribimos para niños, quienes creemos en el futuro y por eso escribimos para niños, nos sentimos inútiles. No entiendo esta atonía, esta afonía. ¿Nadie es capaz de levantar una bandera filosófica, ética, nadie es capaz de marcar un camino distinto para esta humanidad que a pesar del paso de los siglos sigue bombardeando escuelas y hospitales? Me abruma el silencio blanco, como a la osezna asturiana. Nunca he sentido a la humanidad tan huérfana de pensamiento, tan ayuna de un camino que seguir, un camino en el que creer. Nada, silencio. ¿Qué hacer? ¿Cómo evitar ser cómplices con el silencio? Firmar manifiestos, clamar desde webs y blogs, protestar, ¿es bastante? Claro que no. Pienso y pienso, y no veo qué hacer, y cada minuto que pasa hay una bomba arrojada por una mano humana que es la mía. Los libros, el Bubisher, ¿son bastante? No, claro que no. Es verdad: el Sáhara es nuestra Palestina, nuestra responsabilidad. Nuestros gobiernos perpetúan allí su traición y su abandono; España es una mala madre para el Sáhara, y los que intentan hacer algo por ellos son sus hermanos, pero no salimos de las buenas intenciones, del agua oxigenada para curar las terribles amputaciones de los derechos de los niños. Y la ONU es nuestra ONU. Una voz, por favor, una voz que empiece a exigir que se disuelva esa ONU que no es capaz de emitir siquiera una resolución que detenga la barbarie. El mundo es el mundo, merece algo mejor, merece pensadores, filósofos, líderes de un futuro de la humanidad. Pero como al esbardo de la fotografía nos rodea un silencio blando y blanco. Sólo nuestra voz, pero dónde, cómo. No lo sé, me declaro impotente y frustrado, asqueado de mi propia condición humana. Esa osezna es una niña bajo las bombas, esa nieve son escombros de casa y cocinas derruídas, esa nieve es nuestro silencio. Esa osezna es una niña, todos los niños, todo el futuro sin futuro, incapaz de cerrar los ojos, con los ojos abiertos de par en par ante tanto abandono, ante tanto egoísmo mezquino.

Me encuentro en el blog  de Joan Garí, el texto de abajo. Me ha gustado. Mucho. Y por eso copio y pego y enlazo.


03 de ene de 2009

Se ha escrito mucho sobre ese par de zapatos que el periodista iraquí Muntazer al Ziadi arrojó sobre el todopoderoso George Walker Bush durante una rueda de prensa en Bagdad. Supongo que la anécdota es lo bastante suculenta como para que muchos quisieran convertirla en categoría. Los hay que han subrayado el carácter puramente islámico de ese gesto, puesto que en esa cultura se escenifica el desprecio por algo o alguien convirtiéndolo en blanco de tu propio calzado. Otros han sugerido que es indigno de un periodista romper su neutralidad deontológica para enfrentarse a quien, en resumidas cuentas, es el objeto de su trabajo (como si un periodista, antes o por el hecho de serlo, no fuera también una persona libre de indignarse ante cualquier fechoría). Algunos, finalmente, han propuesto considerar el gesto como la metáfora de un año, de un país, de una guerra, de una desgraciada aventura. Esta última interpretación es muy sugerente, porque pensamos con metáforas y todos nos  vemos reconocidos en su plasticidad.
Es poderosa la imagen, lo reconozco. Descalzarse ante el hombre más poderoso del mundo, empuñar la alpargata, lanzarla a la velocidad exacta de la impotencia y la humillación de todo un pueblo.
Muchos años antes, cuando lo iban a fusilar, Lluís Companys –presidente de Cataluña- se quitó cuidadosamente los zapatos, se irguió sobre la tierra caliente y se dispuso a morir con una dignidad que nunca tuvieron sus asesinos. Lo capturó la Gestapo en Francia por orden directa de Franco, y lo encerraron en el castillo de Montjuïc. Allí lo sometieron a una parodia de juicio que sólo podía acabar como acabó. Fue el único presidente de un gobierno democrático asesinado en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Su muerte lo convirtió en un mito –un mito descalzo.
Me pregunto qué hubiera pasado si, en lugar de quitarse los zapatos para sentir por última vez el tacto de su tierra, Companys los hubiera lanzado contra el pelotón de soldados que le apuntaba. Me imagino el desconcierto de éstos, sus risas nerviosas, su estupefacción moral. ¿Hubiera sido un justo gesto de desprecio, un despropósito deontológico, una metáfora? No digo que sean equivalentes, pero Franco o Bush son esa clase de tipejos que deberían estar colocados en la Historia como en una atracción de feria, dispuestos para que cualquier ciudadano decente les lanzara un buen par de zapatos. Aunque fallara.


Abrazos descalzos. 
P.D.: ¿A quién le dabas tú un zapatazo?

VOCES

Basta darse una vuelta por la red, o echar un vistazo a las portadas de los periódicos, on line, o físicos para comprobar el terror en Gaza. 


Terror oficial, por eso desde ese lado no lo llaman terrorismo, pero ¿existe algo peor que unos soldados ataquen a la población civil? una población civil a la que, por cierto, el estado representado por esos soldados tiene metida en una ratonera de la que no pueden escapar hacia ningún lado.
Encuentro artículos dignos de su lectura, como el de Juan Diego Botto en Público; lo titula La decencia y de él destaco el siguiente párrafo:

"Si la decencia, no ya la moral o la ética, sino simplemente la decencia, tuviera alguna cabida en la política, los Estados europeos deberían amenazar con romper relaciones con Israel, o romperlas de hecho, o llamar a consultas a los embajadores, o, al menos, imponer sanciones económicas –por muchísimo menos se las impusieron a Hamás–. Pero todos sabemos que eso no va a ocurrir. Israel entrará en Gaza a sangre y fuego, Europa no hará nada, Estados Unidos ni hablemos, (Obama sigue jugando al golf)."
Decencia. Moral. Ética. Humanidad. Piedad. Todo aquello que no tenían los nazis con muchos judíos, abuelos de quienes hoy disparan. 

Parece que los malos sueños se repiten pero cambian los verdugos, o quizá los vengadores de una ira y rabia se descargan con otros nuevas víctimas. Aquí nos pasa con la inmigración. La memoria la mantiene la palabra, pero en nuestra sociedad no se escucha. La memoria la mantiene la letra, pero nuestra sociedad no lee. La memoria la transforma a su manera la imagen. Nuestra sociedad sí que mira, pero no ve. Y si ve, no se pregunta.
Me quedo perplejo y helado leyendo a Hernan Zin, en su blog: Vijaje a la guerra . Leedlo y respirad un rato. Yo he estado paseando.
Esta noche mucha gente dormirá pensando en las rebajas, que en mi provincia empiezan mañana.

Por suerte, entre mis compañeros encuentro más voces. La de Carles, que decide dedicar un cuento en cada una de sus sesiones al pueblo palestino. 

Es poca mi contribución para parar esta barbarie del Estado Terrorista y Genocida de Israel, pero no quiero que al menos mi silencio sea cómplice.

Y también en las manos de Soledad Felloza , que con una "hebra" que llama ella, insiste en que los reyes  no pueden venir de Oriente.
Hoy, los niños y niñas del mundo deberían estar jugando con sus juguetes nuevos.





Por cada muro un lamento
En Jerusalén, la dorada
Y mil vidas malgastadaspor cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
Y aunque sangro de tu herida
Y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo
No hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida.
Y a nadie le dí permiso
para matar en mi nombre.
Un hombre no es más que un hombre
Y si hay Dios, así lo quiso.
El mismo suelo que piso
seguirá, yo me habré ido;
Rumbo también del olvido
no hay doctrina que no vaya.
Y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido.
No hay muerto que no me duela,
No hay un bando ganador
No hay nada más que dolor
Y otra vida que se vuela.
La guerra es muy mala escuela
No importa el disfraz que viste,
Perdonen que no me aliste,
 bajo ninguna bandera,
Vale más cualquier quimera
Que un trozo de tela triste.
Yo soy un moro judío
Que vive con los cristianos,
No sé que Dios es el mío
Ni cuales son mis hermanos.
No sé que Dios es el mío
Ni cuales son mis hermanos.
Yo soy un moro judío
Que vive con los cristianos.
Jorge Drexler



. . .