escrito por Patacrúa
ilustrado por Magicomora
editado por OQO en el 2006
ISBN: 84-96567332-X
comentado por Félix Albo
Pensándolo bien, ¿hay algo más gracioso que un rey con orejas de burro? ¿es eso un secreto de estado? ¿es acaso irreverente? ¿se puede guardar un secreto así? ¿realmente sabemos guardar un secreto?
Ay, uno lee este libro y después de pasar un buen rato, se queda sonriente y sorprendido.
El rey Curro tiene un secreto. Lo tiene bien guardado. Muy bien guardado. No en un cajón, ni en un cofre con siete llaves, ni en... Lo lleva siempre con él. ¿Dónde más seguro? Pero lo lleva dónde; ¿en el bolsillo? ¿en el zapato? ¿en un colgante? ¡Qué va! Lo guarda debajo de la peluca.
¿Siguen llevando los reyes peluca? ¿Siguen guardando secretos? Curro sí. Solo lo sabe él. Bueno, solamente no, como buen secreto siempre lo sabe más de una persona.
En este caso su peluquero una vez al mes va cortarle el pelo para que no le pique bajo la peluca y ve el secreto del rey Curro. Sí. Tiene orejas de burro. Pero es un peluquero fiel, como aquel jardinero, y por eso el rey vive tranquilo, aunque cierra con siete llaves la puerta cuando llega el peluquero a hacer su trabajo, aunque imagino que esa es la tranquilidad de los reyes.
Pero va el peluquero y se nos muere y, al poco al rey le pica, no la pena, sino el pelo debajo de su peluca, así que hace un concurso oposición de peluquero real: un peluquero discreto que sepa guardar un secreto.
En seguida tenemos peluquero (sin nombre también, pero claro, es plebeyo) que descubre el secreto y lo guarda, pero le cuesta, le cuesta y cada vez más le cuesta. Se va al cementerio para decirlo a quienes nunca contestan, pero está el enterrador. Marcha al medio del mar pero está lleno de pescadores.
Al llegar a tierra cava un agujero, mete su cabeza y grita su secreto. Luego lo tapa y, ¡chico! qué tranquilidad.
Pero (otro) hete aquí que en ese hoyo tapado brotan unas cañas y un pastor pasa un día, y las corta, y se hace una flauta, y...
Quizá te suene. Es normal porque el recurso de las cañas que lanzan al aire cantando un secreto, aparece en varios cuentos tradicionales y este es, según reza en los créditos, un trabajo realizado a partir de un cuento tradicional basado en el mito de rey Midas.
Hay que agradecer este dato. Muchas veces, las versiones de cuentos tradicionales no se reseñan, dando a entender (quien calla, ya se sabe) que es un cuento nuevo. Vaya.
Este no es el caso. Además, humor, ironía, y ritmo no nos van a faltar ni en el texto ni en las ilustraciones. Haciendo posible una lectura complementaria llena de color, jugando con las perspectivas y fácil, fácil de contar en casa, fácil de jugar.
Un libro para tener a mano, y darle la vuelta, jugar, cantar, pintar y disfrutar. Con un final, ay... ojalá hubiera ese sentido del humor. Un final liberador tanto para uno como para otro, y para todos. Olé.
¿O no?
Feliz lectura. Feliz semana.
P.D.: La semana que viene... Desencuentros, de Jimmy Liao, en Barbara Fiore Editora. A ver si hay suerte y en tu biblioteca está.
P.D.1.: Que ando pensando yo... que si burro rima con Curro, ¿con qué rima Borbón?