ALCALÁ CUENTA 2012


ALCALÁ CUENTA, es algo más que un festival.

Alcalá Cuenta es un encuentro, un abrazo, un goce, un paseo, un regalo. Este año hemos coincidido los que veis en la foto. Faltan tres personas que yo cuente, que seguro que cuento mal. Falta Bea, que está casi a punto, falta César, el simpático, y falta Jota, el guapo. También falta Santa María la Rica, quien nos cedió su casa. Y faltan todas y cada una de las personas que han formado el público que han disfrutado de este festival.

Hay para todos. Desde bebés bebés a mayores mayores.

Yo disfruté de mi primera sesión de bebés. Sí, es cierto, me pila mayor, pero nunca había asistido a ninguna y tenía una gran curiosidad. Carioca me sorprendió. El ritmo, la delicadeza, la musicalidad, la repetición, los objetos, la cercanía... todo para conseguir que durante treinta y cinco minutos, los bebés no solo estuvieran atentos, sino que disfrutaban de lo que veían. Una nenita vestidita de rojo se emocionó al escuchar el mar que guaradaba una calabaza y se puso a gritar no sé muy bien si por la boca o por los ojos que los tenía quizá más abiertos que la boca.

Disfruté de las sesiones colectivas, en el patio, para público familiar. Disfruté de las distintas voces, de las gestualidades, de los enfoques, de los ritmos, de las miradas, de quien se baja de escenario, de quien salta, de quien baila, de quien canta... Qué rico es mi oficio. Todo tan solo para enamorar.

Disfruté de las campanas que sonaron y sonaron hasta que quisieron, del crotorar de las cigüeñas, las de lata y las de verdad. Disfruté de unas cenas con arroz a banda y de unos desayunos con chocolate con churros. Y unas comidas que "pa qué".

Disfruté de PESPUNTEAR Alcalá, de que el público se dejara mecer por esta sesión que lleva el mar por la palabra y la orilla por la ceniza allá donde llego. Disfruté de que se disfrutara.

Disfruté de escuchar a Estrella, una voz que te hace grande cuando la escuchas. Me parece grande, enorme, con qué naturalidad invade de poesía aquel lugar que pisa para contar. Uno, sin necesidad de ser esquizofrénico, rebrota al escucharla, pero no espasmos incontrolables ni locuras pasajeras. Uno reborta flores, vida, pájaros, alma.

Disfruté de mi paseo por las calles de Alcalá, saboreando la nostalgia de mi infancia.

Disfruté y no paré de disfrutar y eso, sin duda se lo debo a Manuel y Carmen que se empeñan en seguir peleando para que en esta ciudad donde obispos, literatos y militares han hecho de sus calles siempre, calles de palabras. Donde las piedras rezuman palabras y quizá por eso, los narradores debamos seguir utilizándolas para invitar al público a disfrutar de lo que cada quien guarda dentro de sí.

Un placer. Gracias Légolas. Gracias ALCALÁ CUENTA 2012. Gracias Alcalá.

3 comentarios:

    Gracias Félix, de corazón, gracias.
    Manuel y Carmen.

     
    On 8/5/12 13:54 Pérez dijo...

    también nos hiciste disfrutar mucho!
    que está bien que uno disfrute, pero tiene mucho más mérito, tener habilidades para hacer disfrutar a los demás.

    muchos besos,
    muchos cuentos,
    muchas veces,

    Susana

     

    A vosotros LÉGOLAS.

    Bueno, bienhallados los dos, ¿no, Susana?

    Besos

     

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