Salgo camino de Liétor. A este pueblo es la tercera vez que voy, aunque la primera sólo. Las anteriores fueron para contar en el colegio y otra para adultos (que yo no recordaba y me recordó Mª Mar, la bibliotecaria). El viaje es entretenido. Con un montón de cosas danzando por la cabeza sin orden ni concierto. A veces el caos tiene este punto de atracción. Las jornadas, alguna idea para un cuento, el paisaje... las casas. Por esta autovía hay algunas casas viejas, cerradas y, demasiadas, en ruinas. En la misma entrada de Hellín hay un grupo de unas siete u ocho construcciones enormes (debería ser una fábrica o almacén o algo así) que van camino de la demolición. Y me da rabia. Que las tiren, pero mucho más que se caigan.

Liétor es un pueblo precioso. Está cerquita de Hellín, sierra adentro. Tiene un entorno sorprendente.

Allí se está celebrando "Encuentados en Liétor". Es el IV Festival de narración oral que organiza la biblioteca de este municipio.

En su biblioteca me esperan 20 mujeres, de distintas edades pero sonriendo, a pesar de llegar tarde.Empezamos, así con "El otro lado del árbol" y nos gusta. A partir de ahí, todo es fácil. Las historias salen con ganas de hacer reír y emocionar a todas las orejas que escuchan, que en este caso sí son todas las que están. Se nota además que venían con expectación. Una expectación creada por ser el cuarto año. Y porque delante de mí, ayer y antes de ayer también tuvieron cuentos.

Antes de ayer con Colorín Colorado. Diego y Ana, de Villena, en Alicante. Viejos compañeros de profesión que realizan una excepcional decoración para ambientar sus espectáculos infantiles.

Y Soledad. De Soledad no puedo decir nada, sólo que la escuchéis cuando tengáis ocasión. Podéis saber de ella en su web donde también tiene un blog.

Hemos pasado la tarde bien. Me voy cantando de Liétor. Ya siento que la foto haya salido borrosa.

1 comentarios:

    On 25/10/07 11:58 Anónimo dijo...

    Es un libro precioso... aunque me resulta muy raro verme "citado" como una especie de referencia. ¡Lo que yo habría querido es ser uno más del público!

    Abrazos,

    Gonzalo

     

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