.- ELDA, alc. B.P.M. Alberto Navarro
20 abr 2007
de Monforte del Cid a Elda y a casa 69 kms.
Llego a esta nueva Biblioteca con algo de vergüenza. La inauguraron hace tres meses y aún no había tenido ocasión de acercarme. En ella hay gente a la que quiero, así, por naturaleza: Juan, Reme y Consuelo.
Para la inauguración hicieron una cadena humana. Con ella trasladaron los 1001 últimos libros que quedaban en la antigua biblio. Algo así hicieron en Guadalajara también. Se implicó en la cadena muchísima gente. Me parece una manera preciosa de hacer un traslado.
A Consuelo, la jefa, no la pude ver porque no estaba (el jeferío siempre anda de reuniones y de papeles), pero sí Juan y Reme. Están contentos con el nuevo edificio, y no es para menos.
La biblioteca tiene más de 1500 m2 de espacio en dos plantas diáfanas y lumínicamente mediterráneas. Los grandes ventanales a izquierda y derecha, hacen que la luz lo inunde todo lejos de molestar. La sala infantil es un salón inmenso donde cabe de sobra toda la imaginación que mueven los libros en las personas que los leen. Sus paredes blancas (que a veces se ven rasgadas por renglones azarosos del Quijote) te invitan al disfrute del silencio y al abandono de la lectura, el cálculo, el estudio o la simple admiración. Juan no deja de sonreír en toda mi visita guiada.
Me quedo grande, por los abrazos y por la visita. Merece la pena. Si pasáis cerca, ya sabéis, una visitilla y, en la sala infantil, una lectura breve e intensa, que seguro nos acompaña hasta nuestro destino.
Besos.
Para la inauguración hicieron una cadena humana. Con ella trasladaron los 1001 últimos libros que quedaban en la antigua biblio. Algo así hicieron en Guadalajara también. Se implicó en la cadena muchísima gente. Me parece una manera preciosa de hacer un traslado.
A Consuelo, la jefa, no la pude ver porque no estaba (el jeferío siempre anda de reuniones y de papeles), pero sí Juan y Reme. Están contentos con el nuevo edificio, y no es para menos.
La biblioteca tiene más de 1500 m2 de espacio en dos plantas diáfanas y lumínicamente mediterráneas. Los grandes ventanales a izquierda y derecha, hacen que la luz lo inunde todo lejos de molestar. La sala infantil es un salón inmenso donde cabe de sobra toda la imaginación que mueven los libros en las personas que los leen. Sus paredes blancas (que a veces se ven rasgadas por renglones azarosos del Quijote) te invitan al disfrute del silencio y al abandono de la lectura, el cálculo, el estudio o la simple admiración. Juan no deja de sonreír en toda mi visita guiada.
Me quedo grande, por los abrazos y por la visita. Merece la pena. Si pasáis cerca, ya sabéis, una visitilla y, en la sala infantil, una lectura breve e intensa, que seguro nos acompaña hasta nuestro destino.
Besos.