Error en la programación y un cuento.



Febrero y no me entero


Pues resulta que en este corto mes de febrero frío.lluvioso.caluroso.ventoso (táchese lo que no proceda), parece que no me entero y en la programación mandé (o ¿era manduve?) un par de errores importantes.


El 14 de febrero. En el Duende, Valencia, no estrenaré ZAFA, como anunciaba. Ese día allí hay algo mucho mejor: narradoræs de toda índole y cercanos a la capital de provincia, compartirán un montón de historias de amor celebrando la fiesta de la palabra enamorada. Ay, qué cursi me está haciendo la edad.

ZAFA se estrenará el mismo día, domingo catorce, pero de marzo, en el mismo lugar, El duende, de Valencia. Se estrenará justo seis días antes de grabar la sesión CUATRO ESQUINAS en el Teatro Cervantes de Alcalá de Henares.
  
Por lo demás todo sigue igual. Encabeza de nuevo otro detalle de las ilustraciones de Marta Lanzón para Si un día juntáramos todas las camas del mundo

Disculpa este segundo mensaje de mes nada usual. Y como nada usual que es, te mando un cuento en él. Ojalá te guste.

DULCE ARRECIFE  -Félix Albo-
Eso es imposible -decía el chopo desde el borde del río- ¿cómo van a hacer un muro de montaña a montaña?

A mí me cuesta creerlo tarmbién -apoyaba el joven abedul.

En mi vida había oído cosa igual -seguía uno de los más antiguos, un olivo plantado por un romano-pero claro, he visto tantas cosas que hace tiempo que no digo “eso es imposible”.

¿Entonces, si no es verdad por qué llora el ficus? -interrumpió el baladre. El ficus era inmenso. Tenía casi once metros de altura y además estaba plantado en la plaza de la iglesia. En lo alto del pueblo.

Le da pena ver el pueblo vacío -contestaron los rosales.

A nosotros también -dijo un sauce y rompió a llorar.

Y mientras la conversación seguía tratando de encontrar una razón por la que los habitantes se hubieran marchado hacía ya dos semanas llevándose casi todo, una chuflera joven, medio loca, se encaramó a un balcón y oteó el horizonte.

Es verdad -gritó desde lo alto-. Lo veo, es verdad. Está allí.

Allá, no muy lejos estaba; Un muro inmenso unía la ladera de una montaña con la ladera de la otra, tanto que tapaba el ocultar del sol.

O sea que sí, era verdad: iban a inundar el pueblo.

El silencio ya lo hizo desde ese instante, horas antes de que llegara el agua. Y, por la noche, mientras el río desbordaba ya sus orillas, se oían sollozos vegetales por todas las calles.

Todos lloraban mientras florecían por última vez, para despedirse.

Todos menos el laurel, que andaba intentando desprenderse de sus hojas para convertirse en coral.

Abrazos a capazos y mis disculpas a las personas que estos cambios les haya ocasionado molestia alguna.

Félix Albo


P.D.: Puedes recibir esta programación en tu correo simplemente escribiendo a felix.albo@gmail.com Para más información aquí en el blog o en el face

2 comentarios:

    que bonico ha quedado el cartel de la sesi´´on, y los cuentos mejor, sin duda.
    hasta pronto. sole

     

    Raquel ha hecho un muy buen trabajo, sí. Además queda expresada muy bien la intención de la sesión. Un lujo. Me alegra que te guste, Sole.

    Gracias

     

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