Ya hemos pasado la segunda semana del curso. Nos liamos menos con los nombres, pero aún, por lo menos yo. Por la mañana el de madres y padre. Por las tardes, con el CEFIRE, con maestras y maestros. La dinámica es prácticamente la misma, pero con matices. No es lo mismo buscar el rincón, el momento en casa donde se cuenta de tú a tú, que hacerlo en el aula, con un horario y currículo al que atenerse y donde se cuenta ante 24 pares de ojos más.
En ambos cursos ya elegimos los cuentos que estamos a trabajando y ahora andamos buscando cómo contarlo. Las manos, la voz, los ojos, las palabras...
Escuchar las historias que conoces (incluso alguna que cuentas), desde otra mirada, desde otra voz, te da una perspectiva distinta que complementa siempre a la tuya y es tan sorprendente que uno tiene cierta expectación hacia algunos cuentos en particular o personas en especial para mirar qué se ve a través de su enfoque. Al fin y al cabo todos esos detalles, matizan y ensanchan el universo particular de cada historia.
Estamos calentando el horno y amasando. En breve nos vamos a dar un atracón de deliciosos cuentos. Ya os iré contando.
En ambos cursos ya elegimos los cuentos que estamos a trabajando y ahora andamos buscando cómo contarlo. Las manos, la voz, los ojos, las palabras...
Escuchar las historias que conoces (incluso alguna que cuentas), desde otra mirada, desde otra voz, te da una perspectiva distinta que complementa siempre a la tuya y es tan sorprendente que uno tiene cierta expectación hacia algunos cuentos en particular o personas en especial para mirar qué se ve a través de su enfoque. Al fin y al cabo todos esos detalles, matizan y ensanchan el universo particular de cada historia.
Estamos calentando el horno y amasando. En breve nos vamos a dar un atracón de deliciosos cuentos. Ya os iré contando.