Contar en LA SOLANA
8 dic 2009
La Solana es un municipio que se llama igual que otro que está en la provincia de Albacete, que se llama... La Solana. Mira tú qué casualidad. Es más, me atrevería a asegurar, si la memoria no me falla, que ambas bibliotecarias se llaman Ramona y llevan gafas. Pero claro, a la de Albacete hace mucho tiempo que conocí (fue en mis inicios, con Pablo, allá por la década de los 90), y la memoria... mezcla que no veas.
En fin, a La Solana de Ciudad Real llego con prisas el día 19 también corriendo desde Santa Cruz de Mudela, bueno corriendo no hubiera llegado, voy en coche y con ayuda del Tomtom, y menos mal, porque en su teatro ya me están esperando todo niño y niña de quinto que habita entre estas calles o quizá un poco más allá. Aunque llego rápido, me da tiempo a dejarme asombrar por la plaza asoportalada a partir de la cual parece que brota el pueblo y se expande hacia todos los lados.
Historias Horripeliznantes cuento también. Cuesta un poco más porque son bastantes más, pero cae bien. Allá que van la historia de las Crisis, y alguna con libro y otras sin él y...
Un descanso con entrevista incluida, es el tiempo suficiente para que el alumnado de quinto marchen y dejen paso al de sexto que son aún más y llegan puntuales los primeros y menos puntuales los últimos, pero con las mismas ganas todos y todas que parece que llevan escuchando historias toda la vida porque es un lujo contarles. Un lujo. La foto es de uno de los periodistas que me hacen la entrevista llena de preguntas tan interesantes que alguna se queda ronroneando y rondando por dentro mientras las historias, esta vez de más miedo, van saliendo por la boca, por mis ojos y por mis gestos y van llegando por los oídos a cada niño y niña que me nadan escuchando, entre ellos los del colegio Romero Peña, que han dejado su particular crónica en su blog. (Gracias por dedicarme unas letras en vuestro espacio).
Un placer, de los grandes, acabar en La Solana y cerrar aquí mi Tour por estas tierras donde he comido de maravilla, he podido descansar un poco y gozar con los cuentos tanto como, espero, halla gozado todo aquel que haya formado parte del público. Un placer. De los grandes. Insisto.
Marcho a casa, con prisas, que hace un montón que no veo a mi gente.