Fuego Fatuo

La palabra mentecato , me lleva a fatuo y fatuo  a fuego fatuo.

Me ha sorprendido su significado. Allá va:


fuego fatuo

1. m. Inflamación de ciertas materias que se elevan de las sustancias animales o vegetales en putrefacción, y forman pequeñas llamas que se ven andar por el aire a poca distancia de la tierra, especialmente en los lugares pantanosos y en los cementerios.

5 comentarios:

    On 21/4/09 09:49 Anónimo dijo...

    Su visión es de lo más "bonita" dentro de lo que cabe también, da gusto ver como el ambiente con algo en descomposición sacan a relucir extrañas luces y humos por la noche.

    Un saludo

     

    Yo nunca los vi, pero me entraron ganas. Y pensé la de historias de todo tipo que habrán surgido a través de su visión y el desconocimiento del fenómeno.

    Puede que la noche y las sensaciones que producen los lugares donde aparecen los fugaces fuegos fatuos, les dieran vida en forma de hadas, fantasmas, espíritus, duendes...

     
    On 21/4/09 14:35 Anónimo dijo...

    Amigo tus palabras demuestran todo lo que en realidad esconden, en galicia, los cementerios están hubicados en zonas donde la humedad es notante... bosques... costumbres, tradiciones no se... pero cuando se observa este fenómeno se asocian a miles de historias.. ¿fantásticas? ¿reales? no lo se... pero ciertamente maravillosas.
    Un Saludo. Jose Luis, en el anterior comentario me sale anónimo.

     

    Esa palabra me retrotrae a la niñez, recuerdo haberla buscado en el diccionario y sorprenderme también con que algo así pudiera existir.
    De las tres cosas que de pequeña quería ver en el mundo (luciérnagas, auroras boreales y fuegos fatuos) la primera ya la conseguí ver. Espero tener tiempo para llegar a conocer las otras.
    un beso, Felix.

     

    Y tú te quejas, Carmen, que van los ángeles a tu oficina con papelitos y clips...

    Recuerdo que un narrador sevillano me decía que la primera ve que vio luciérnagas no lo podía creer, que el las tenía como un ser imaginario; como el unicornio o los gamusinos... De la aurora boreal me habló hace tiempo Tasio, un abuelo del último geriátrico en el que trabajé. Me decía que pensaban que se acababa el mundo, que todo se puso naranja, que la gente se metía en las casas o se tiraba al suelo y las madres corrían a por sus hijos llorando y gritando. Siempre pensé que fue una lástima tanta tragedia evitando disfrutar de la maravilla boreal. De momento este año tenemos un inmenso regalo que hasta el 2114 o así no se va a repetir que es la luna de agosto. Hay una noche, que ya diré cual en la que habrá dos lunas: la luna y marte. ¿Ves? Otro regalo.

     

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