CONTAR en MURCIA
15 nov 2009
Murcia queda cerquita de mi casa. A 40 kilómetros, hacia el sur. El 23 de octubre, fui contento por cuarto año consecutivo a celebrar la Feria del Libro de esta ciudad. Esta vez contaba en un local mítico llamado La puerta falsa.
Murcia es una ciudad de bullicio, de jarana, de jaleo alegre. Llegué a la Feria, donde me esperaba alegre y atento Ángel y de allí, paseando entre esa vida manifiesta en las calles, hasta el local. Allí había una jauría de preadolescentes que me asustó de entrada, aunque más me asusté cuando trece minutos después evacuaran en bloque el local.
Por suerte y poco a poco, aunque menos poco a poco cuanto más cerca estábamos de la hora de comienzo, fue viniendo gente y al final nos juntamos más de 60 para disfrutar de Las Cuatro Esquinas. Entre el público gente conocida, como Antonio, a quien conocí en una lista de discusión hace ya muchos años, o una pareja de alumnos del IES de Cieza , donde estuve contando ahora hace un mes...
Las Cuatro Esquinas fueron contadas durante esos 105 minutos que está durando. Tres historias, cuanto menos, intensas. El público, sorprendido de entrada en su mayoría, estuvo por la labor de buscar una sintonía común, y nos entendimos enseguida. Un placer contar con comodidad.
Sobre el piano había un escenario. A esta sesión le hubiera venido muy bien para finalizar y justo después de mi última palabra, una melodía pausada e íntima, de esas que acompañan a los protagonistas buenos de las películas buenas, en la derrota de un día lluvioso.
Murcia. Tienes que venir.
En este año eché de menos mi cervecica con Clara, organizadora de la Feria y amiga desde hace ya, ¡mare!. Pero queda pendiente y pronto nos la tomamos.
Ay Felix!, que yo también te eché de menos... Pero con Rafa no sé sabe dónde estaré.. Pero claro yo llevo la teta, y la puerta no es local para bebés... Besos grandes...
La puerta no es local para bebés, ahí te tengo que dar la razón. Pero bueno, pronto nos vemos. Este Rafa te lleva felizmente loca.