.- GUADALAJARA, gua, VIERNES DE LOS CUENTOS
16 feb 2007
Azuqueca de H.-Guadalajara, 18. Kms en este año 18 + 3290 = 3308
Gualadajara es la ciudad del cuento. Venir a contar a las personas que habitan en las actividades de narración, no sólo es un lujo, sino una responsabilidad. Y de las grandes. Es un público profesional, exquisito, delicioso, amable y respetuoso. Se dejan disfrutar en las historias, te dejan disfrutar contando, y es un goce colectivo que porque es una ciudad de interior, que si fuera en la costa acabaríamos desparramados por la playa, mirando las estrellas y dejándonos mecer por el susurro de las olas y el recuerdo de la música de las palabras. Aún así no se echa de menos nada, vamos, nada nada.
Al viernes de los cuentos vienen unas trescientas personas. Vienen y escuchan, las trescientas.
Hoy conté Yayerías, historias de voces mayores, historias que tratan de tocar distintas emociones. Y, en esta ocasión, lo consiguen. Desde la risas abrumadoras que apagan mi voz, a los silencios densos que hielan por dentro. Me encanta mirar a los ojos, las personas que seguís el blog lo sabéis. Y Guadalajara es una ciudad de ojos que miran para ser mirados y orejas que se adaptan a las palabras que vuelan.
Un lujo de sesión. Tuvo que ver el excelente espacio de comida compartido, y, por supuesto, este público que, siempre, hay que mimar.
Después de la sesión cenita (por cariño, no por cantidad y calidad de la comida) en casa de Susana. Brutal el día. Completo. Duermo en casa de Elena (gracias wapa) y duermo con la sensación de que tengo el alma más grande.
Besos.
No he dicho nada, pero me presentó Estrella. Muy bien presentado, todo hay que decirlo, y, a nuestra manera, entre los dos, le hicimos un merecido homenaje a Pablo. Un placer y un honor que una estrella de la nareación y de la vida, como es esta gran mujer, me presentara. ¡Buf!
Al viernes de los cuentos vienen unas trescientas personas. Vienen y escuchan, las trescientas.
Hoy conté Yayerías, historias de voces mayores, historias que tratan de tocar distintas emociones. Y, en esta ocasión, lo consiguen. Desde la risas abrumadoras que apagan mi voz, a los silencios densos que hielan por dentro. Me encanta mirar a los ojos, las personas que seguís el blog lo sabéis. Y Guadalajara es una ciudad de ojos que miran para ser mirados y orejas que se adaptan a las palabras que vuelan.
Un lujo de sesión. Tuvo que ver el excelente espacio de comida compartido, y, por supuesto, este público que, siempre, hay que mimar.
Después de la sesión cenita (por cariño, no por cantidad y calidad de la comida) en casa de Susana. Brutal el día. Completo. Duermo en casa de Elena (gracias wapa) y duermo con la sensación de que tengo el alma más grande.
Besos.
No he dicho nada, pero me presentó Estrella. Muy bien presentado, todo hay que decirlo, y, a nuestra manera, entre los dos, le hicimos un merecido homenaje a Pablo. Un placer y un honor que una estrella de la nareación y de la vida, como es esta gran mujer, me presentara. ¡Buf!
muchas gracias por la sesión k nos regalaste! disfrutamos muchísimo!
por cierto me ha encantado l libro de 99 pulgas...k gozada de picores...Felicidades!