Todos su patitos
24 ago 2011
Si es que no me puedo aguantar, porque esta semana, en la biblio de los elefantes...
escrito por Christian Duda
ilustrado por Julia Friese
traducido por L. Rodríguez López
editado por Lóguez ediciones en el 2009
ISBN 978.84.96646.43.8
comentado por Félix Albo
Este álbum es especial desde el principio. Pero, por suerte y sorpresa, no se conforma con comenzar siendo un álbum especial y avanza convirtiéndose poco a poco en un álbum excepcional.
Sus páginas hacen ir a la persona que lee entre el ritmo del texto y el de las ilustraciones. Uno da pie al otro y es genial cómo cada página sin texto marca el paso del tiempo cronológico, vital, emocional; fotograma a fotograma, ilustración a ilustración, de manera que en la memoria uno mantiene siempre una continuidad intensa que he encontrado en muy pocos álbumes.
Todos sus patitos es la genial historia de la vida de Konrad y un polluelo de pato sin nombre y de cómo la emoción es capaz de apaciguar sus instintos más primarios, sin olvidarlos.
Que una pata esté incubando un huevo en la orilla de un lago, nos puede parecer normal.
Que un zorro con hambre intente conocer a la pata de cerca, muy de cerca, y por dentro también, también.
Que la pata prefiera no conocer al lobo y se deje el huevo en su marcha, más que normal nos puede parecer lógico.
Pero a partir de este momento, todo lo que acontece en el libro, no solo nos va a sorprender, sino que nos provocará ternura, estremecimiento, nostalgia, ansiedad, incertidumbre, duda, risa, empatía, ganas... y, por supuesto, fuerzas y razones para creer y soñar.
Konrad pone nombre al polluelo que sale del huevo abandonado por su madre. Como es pequeño espera para comérselo, pero Lorenz crece y ellos se quieren como padre y como hijo y quién sabe si como algo más allá que uno no sabe definir pero sí entender. Lorenz se enamora de Enma, una pata guapa. Konrad espera para comerse a Enma, pero se caen bien y acaban queriéndose porque son geniales. Enma pone cinco huevos que comienza incubando Konrad, que sueña con esperar a que salgan los polluelos y crezcan para comérselos, y espera otra vez, y así se le pasa la vida, disfrutando de esa espera del momento que se aleja cada vez que se acerca y que parece que nunca llega pero sí, aunque se aleja. Y... bueno, nada.
El hambre, instinto que provoca el comienzo del libro, nunca se dejará de lado, eso sí, se le hará bailar con una y mil excusas para no saciarlo porque en realidad, no es tanta la necesidad si uno se alimenta de otras cosas. Pero aparece también el amor, la educación, la responsabilidad, el juego en familia, la complicidad, la enseñanza, el crecimiento, la necesidad, el miedo, la sociedad, el envejecimiento, la escucha, la naturaleza, los momentos compartidos, la comprensión, la comunicación...
Divertido y emocionante. Tremendamente emocionante. Tremendamente divertido. No te lo puedes perder.
No diré mucho más. Solo déjame justificar por qué sugiero comenzar a leerlo a partir de los 9 años.
¿No se puede antes? Claro, pero creo que las conversaciones que se pueden establecer a partir de los 8/9/10 años son tremendamente interesantes para descubrir el cuento poco a poco. Es genial para esa edad en la que uno anda buscando discernir lo bueno, lo malo, lo inquebrantable, lo maleable, los límites, las excepciones, lo bello, lo mundano, lo instintivo, lo emocional, lo racional... Abrir los ojos sin dejar de soñar.
¿Y después? ¿Se puede leer después? Ojalá.
¿Y tú? ¿Lo has leído ya?
Feliz lectura. Feliz semana.
P.D.: Y la semana que viene... un álbum que no sé por qué no estaba aún en nuestra biblio. Esta cabeza... El Capitán Calabrote, un imprescindible de un compañero narrador. Está editado en Kalandraka.