Dos grados. Dos grados y no evacúan la ciudad. No entiendo. El Hotel es tremendo. Rococó, Barroco, recargadísimo. Mi habitación compartida con Fidel está llena de espejos que incitan a una lujuria desenfrenada, pero “naguaya” me encuentro mal. El desayuno es tremendo. Hay de todo. Incluso para mí.

Hoy comparto sesiones con Flora Ovalles y Mau Ceballos. Venezolanas.
Las sesiones salen muy bien. Los chavales y chavalas han disfrutado de las historias. Mau, Flora y yo disfrutamos toda la mañana en los dos centros.







Yo me voy encontrando peor. No como. Me acuesto para tratar de recuperar fuerzas.

A las 20.00 tengo sesión en la Casa Cordón. Me despierto a las 18.00 Definitivamente estoy enfermo. Voy, cuento, casi sin voz. No pude pegar un susto al público, por lo demás bien porque llevaba micro y eso me salvó. Contaba un poco más lento, pero eso hizo que hubiera gente que cogiera más dobles sentidos.

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