Monitor Sociocultural

En el blog nunca lo he comentado, pero desde hace más de seis años, imparto un curso de formación ocupacional. Lo hago en Alicante capital y en FOREM. Desde allí, Mari Carmen, Olga o Maribel, seleccionan quince personas, mayoritariamente mujeres, que asisten durante casi tres meses a cinco horas diarias de clase. Dicho así suena duro, pero la verdad es que lo pasamos bien: Cantamos, jugamos, bailamos, hacemos manualidades y talleres, jugamos con plastilina, recortamos papeles de colores, pintamos con tizas, con ceras manley, con plastidecor, con los dedos, tocamos la escayola, las telas, hilos,  y aprendemos a elaborar básicamente un proyecto. 
Impartir un curso que dura 309 horas, aunque bien es cierto que desde hace ya varios años, no lo imparto entero por resultarme imposible compaginar mis sesiones con el horario fijo de las clases, me ayuda a un montón de cosas. 

La primera, tener un horario fijo al que atenerme, una rutina, una estabilidad. Parece que no, pero el hecho de trabajar hoy, mañana y pasado no, al otro recorrer 600 kilómetros y trabajar a las 22.00 h. y al día siguiente a las 12.00 h. está bien, pero de vez en cuando te desconcierta. El curso, sin embargo, empieza a las 9.00 h. y acaba a las 14.00 h. Sí o sí.  Uno agradece eso de cruzarse con la misma gente cada mañana. Aunque de vez en cuando.

Empezamos cantando. Todos los días una canción, o dos, según haya dado el viaje. Si hay atasco, o el tráfico es lento, o me he levantado cantarín llego con dos canciones o tres, vete tú a saber. Canciones de animación, para todas las edades: con gestos, bonitas, menos, con bailes, con letras en valenciano, en hebreo, en castellano, en... Quien canta su mal espanta, así que de buena mañana cantamos.

Después leemos a un viejo conocido de nombre Ventosa, en su libro superventas Manual del monitor del tiempo libre. Un libro de los pocos que recoge casi todo lo que hay que saber, de manera superficial muchas veces, pero lo recoge. En el interés de cada uno está el profundizar. Ventosa, a veces, es gracioso redactando, a veces mucho, a veces demasiado. Y más tarde jugamos, o hacemos un taller o, ahora, al final del curso ya, desarrollamos el proyecto de intervención sociocultural.

Este curso es todo de mujeres. Catorce, bueno trece, que Anabel se fue a dar a luz a su Alvarito. El mejor curso que recuerdo era solo de mujeres, se puede trabajar mucho más tranquilo que si hay un hombre o dos; los dos sexos se comportan de forma extraña si existe una minoría tan minoría. En este curso tengo de todo, como en botica, pero gente maja al fin y al cabo. Hay dos, las de la foto, que son las más jovencicas, una preadoslescente y la otra que aún no lo ha superado; pobres. Pero lo pasamos bien con ellas. Bueno, a veces, cuando las entendemos. 

Impartir el curso me obliga a estar pendiente y enterado de todo lo que tiene que ver con la animación sociocultural: los programas, las técnicas, los recursos, los éxitos, los fracasos... Y me permite permanecer activo en una materia a la que dediqué buena parte de mi vida profesional: la intervención sociocultural, la tercera edad institucionalizada, el diseño, desarrollo y puesta en marcha de proyectos de intervención, las dinámicas de grupos...

La tercera razón es lo que aprendo. Los cursos, formados por un grupo de quince personas escogidas mediante una prueba de selección, con distintas perspectivas, niveles, intereses, son, junto a mí, una muestra al azar de esta especie tan curiosa a la que pertenecemos. Compartir con ellas más de cien horas intensas, comunicando, expresando, compartiendo dudas y temores y sueños y tantas cosas más, jugando, cantando, bailando... me convence cada vez más de que los humanos, despojados de tanta tontería, somos geniales, únicos y maravillosos.

De cada curso, guardo relación con una o varias personas, depende del curso (aunque más de las personas), pero con todos, después de tantos años, mantengo un contacto más o menos estrecho, pero me alegra saber de todos. La relación de confianza y cariño se establece siempre, aunque a veces se entiende y extiende y a veces no.

Este curso no es menos. ahora que andan agobiadas con el proyecto, con su análisis de la realidad, su justificación, sus objetivos, su metodología, sus actividades, sus presupuestos de gastos, sus evaluaciones... yo ando apenándome de que quedan solo dos semanas para que esto se acabe. Pero bueno, el año que viene más, y, pondré mi empeño, para que también sea mejor.

El caso es que trato de pasarlo bien, y hacerlo pasarlo bien. Acercar a la gente a la intervención social lúdica, o simplemente experimentar que de adultos también podemos disfrutar de cantar o jugar me parece necesario en una sociedad en la que cada vez se canta menos y se deja de jugar a más temprana edad. Convencer de esto desde la experiencia, es hacer rodar más gente que ande convencida de que otro mundo, mejor en que nos dejen disfrutar, es posible.


4 comentarios:

    On 23/7/09 20:46 pilar dijo...

    Siempre he querido hacer este curso y por unas cosas u otras nunca he podido. Cuando me seleccionan no puedo y cuando puedo, no me seleccionan...een fin, cosas de la vida...

    Saludos!!

     

    Vaya. Yo me lo paso genial, tanto que doy otro en septiembre, pero intenso. Así que me lo pasaré bien intensamente.

    ¡Salud!

     
    On 4/8/09 15:56 Anónimo dijo...

    hola felix! qué tal te va el veranito? espero que muy bien... he leído tu entrada y me han venido a la mente muchos recuerdos (aunque normalmente tengo esos recuerdos a menudo) de lo bien que lo pasamos durante aquel verano y lo que aprendí como persona, cómo y cuánto me hizo crecer aquella experiencia... lo has relatado a la perfección. recuerdo también que hiciste grabaciones en video, que nos dijiste que nos pasarías una copia, pero yo nunca la recibí... snif,snif... molaría mucho que si tienes esa grabación me la hicieras llegar, pues tengo muy buenos recuerdos pero muy mala memoria, y me gustaría recordar más y mejor aquellos meses del 2004. un abrazo enoooorme y disfruta de la vida como tú sabes!!!
    laura ramón (tibi-barcelona) jeje...

     

    Lo pasamos bien. Muy bien. Realmente, aquel curso fue uno de los que más recuerdo con cariño. Con mucho. Además, fue uno de los cursos en los que más pudimos profundizar en las dinámicas, en los juegos, en las evaluaciones, en las reflexiones... De hecho es el curso del que más contacto mantengo con algunas de vosotras.

    Un placer recordarlo, siempre.

    Besos

     

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